La joven peruana cuyas manos y piernas fueron amputadas debido a las negligencias médica, Shirley Meléndez (25), entró en profundos detalles de su desgarradora historia en un programa de noticias de su país.
Meléndez empezó a sentir cólicos renales a finales del 2015, pero hasta en enero decidió cambiar de hospital a uno de gran prestigio por sus urólogos.
La vida en el hospital
El 15 de enero la joven ingresó al Hospital EsSalud Guillermo Almenara, en el cual le dijeron que tenía cálculos, le colocaron un catéter (tubos debajo de su piel conectados a sus órganos para que pueda drenar) y sin ningún problema fue retirado un mes después.
Sin embargo, a los 10 días de haber sido dada de alta, ella presentaba problemas y malestares. Decidió regresar al hospital, estuvo internada y le realizaron dos intervenciones más y fue dada de alta.
No está resuelto aún
El 12 de marzo regresa porque presentaba serios problemas para orinar y le dijeron que tenía dos cálculos más.
“Me dijeron que no pudieron sacar el cálculo y que iban a usar láser (litotricia), pero vieron que el riñón estaba obstruido y decidieron esperar una semana para operarme”, explicó la joven en la entrevista con un canal peruano.
Le colocan otro catéter, pero en el ambiente que fue realizado no contaba con los requerimientos necesarios.
Empezó a sentir una fiebre grave y cayó en coma.
Después de la coma
“Esto se salió de nuestras manos, no lo podemos a manejar aquí, se nos va a morir”, fueron las palabras que escuchó al despertar de la coma que la joven escuchó.
“Me dolía todo y solo me alcancé a ver un poco los brazos y estaban hinchados, no quería saber cómo estaba el resto de mi cuerpo”, confesó la joven.
Familia
Los doctores le empezaron a pedir los números de sus familiares, puesto que Meléndez estaba en condiciones muy críticas. Ella se los dio y solo escuchaba la alarmada llamada del doctor, pero no sabía qué pasaba.
'Les dijeron que vengan a despedirse de mí, que estaba muy grave, que iba a morir, que no me daban más de 48 horas de vida', confesó Meléndez sobres las llamadas.
Ella preguntaba que le pasaba pero ningún doctor le contestaba de una buena manera solo le hacían mención de lo grave que estaba.
Como su riñón seguía sin funcionar los doctores optaron por hacerle diálisis. “No me explicó por qué no se hizo diálisis antes”, lamentó la joven.
Manos y pies
“En la semana que estuve en coma me vendaron manos y pies, y me dijeron que era cuidados que se tomaban, a mis papás no les informaron nada, en ese momento no sabía que pasaba con sus extremidades.
Es cuando se entera de la cruel y dura noticias. “A fines de marzo me dijeron que mis extremidades se habían necrosado (muerto)”, relató.
Duro final
Sus padres realizaron un viaje desde su lugar de procedencia hasta Lima y su novio también realizó acto de presencia. Firmaron una autorización para amputarle las extremidades.
Los médicos se avocaron a la víctima de negligencia médica y le hablaron de su situación y como ya estaba consiente le preguntaron a ella si aceptaba la amputación y ella dijo que sí por la confianza en los médicos que hasta en ese momento tenía.
El 5 de abril dan de alta a la joven que había ingresado caminando, ahora salía en silla de ruedas, sin manos, sin pies y aún con cálculos en los riñones.
