Mundo

Abusó sexualmente de su hija durante 30 años y la dejó embarazada 12 veces  

La dramática historia se inició en 1976, en Argentina y el resumen resalta que a una de sus víctimas embarazó en doce ocasiones.

26.11.2015

Argentina

Durante 38 años sometió a toda su familia a vejaciones constantes. Comenzó a manosear, golpear, amenazar y violar a sus dos hijas cuando tenían diez y catorce años.

La dramática historia se inició en 1976, en Argentina y el resumen resalta que a una de sus víctimas embarazó en doce ocasiones, de las que dio a luz a nueve criaturas. Una falleció a los ocho meses de vida.

Héctor Neris Cardozo tiene hoy más de 70 años, y el viernes 21 de noviembre admitió su culpa y aceptó la propuesta de un juicio abreviado con una condena de 35 años de prisión.

Según las fuentes de la causa, el calvario al que Cardozo forzó a su familia, supera, lo deja añicos, al caso del austríaco Josef Fritzl, 'El monstruo de Viena, o de Amstetten', que mantuvo cautiva durante 24 años a su hija dentro de un sótano donde la violó y tuvo siete hijos. En este caso el encierro para las hijas de Cardozo, fue la chacra y la violencia de su padre.

La madre de las niñas abandonó el hogar en 1978, escapó, huyó como pudo de los golpes y amenazas, pero se fue sola, dejó a sus hijas en las garras de su progenitor. Las menores fueron abusadas sexualmente dentro y fuera de la vivienda, incluso, mientras debían cumplir con las tareas de limpieza.

En las denuncias hechas en octubre de 2014, relataron con precisión y sin riesgo de una sospecha de fabulación, que fueron violadas, incluso cuando lavaban ropa en un arroyo, y que no debían gritar y mucho menos llorar, para que la madre no se enterara.

Pocos días antes que la pareja de Cardozo abandonara a sus hijas, una de ellas, de diez años, mientras cuidaba los animales vio como su padre violaba a su hermana de catorce. Fue obligada a presenciar el acto aterrada porque la amenazaba con un puñal. Minutos después, sufrió el ultraje sexual con la misma ferocidad.

Cardozo violó a las dos indefensas 'sin importarle los llantos de dolor y desconcierto, el terror, los ruegos', describió el fiscal del Tribunal Penal Dos, Alberto Rolando Oliva en los autos de requerimiento de condena en juicio abreviado.

Las habría abusado bajo las mismas advertencias: 'No lloren, ni griten, su mamá no debe enterarse'.

La menor de las víctimas padeció las vejaciones durante cuatro años. A los catorce escapó como pudo e imploró cobijo en la casa de un vecino y nunca más regresó, pese a los constantes intentos de su padre por reintegrarla a su infierno. Su hermana no se atrevió a intentar seguirla, a base de golpizas y amenazas de muerte, el miedo germinó en su conducta.

A los quince años dio a luz por primera vez. Pero quedó embarazada en doce oportunidades, tres bebés no llegaron a nacer y uno falleció a los ocho meses de haber visto la luz.

Forzada por su padre, crió cinco hijos varones (hoy mayores entre los 33 y 19 años) y tres mujeres, estas últimas de 17, 14 y 11 años, quienes cambiaron su apellido por el de la actual pareja de su madre.

En 2006, tras 30 años de sufrimiento, esta víctima logró liberarse y sacar a todos sus hijos de las garras de su padre y abuelo.

En marzo de 2015, cuatro meses después haberse atrevido a denunciar a su abusador, se sumaron al expediente las comprobaciones genéticas: con un grado de 99,99 por ciento de certeza, los cinco mayores y las tres menores fueron confirmados como hijos de Cardozo.