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Niños migrantes detenidos sufren para adaptarse en Estados Unidos

Tras un año de su llegada a EE.UU. estos menores a corta edad enfrentan orden de deportación que los aleja de su familia hacia un país que muchos ni siquiera conocen, y donde no cuentan con nadie que los reciba.

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04.07.2015

Los Ángeles, Estados Unidos

Con un año de edad, el inquieto Joshua Tinoco enfrenta la posibilidad de ser deportado a su natal Honduras, uno de miles de niños que llegaron el año pasado a través de la frontera de México con Estados Unidos.

Aunque a su madre adolescente se le permite quedarse en Estados Unidos y aspirar a una tarjeta de residencia bajo un programa federal para niños sujetos de abuso, de negligencia o abandonados, los fiscales de inmigración han clasificado a Joshua como una prioridad de deportación, dijo su abogado.

'Luché tanto para que estuviera aquí conmigo y ahora me lo arrancan de las manos', dijo Dunia Bueso, la madre de 18 años de edad. '¿Cómo va a irse el niño allá solo y sin nadie que lo cuide?'

Al igual que Joshua, muchos de los niños que llegaron de Centroamérica aún tienen casos pendientes en las cortes migratorias y no saben cuál será su destino.

Quienes huyen de las pandillas y la violencia en sus países han solicitado asilo o acogerse bajo el programa gubernamental para niños abandonados y están a la espera de una resolución.

Aquellos que se han ganado el derecho a permanecer en el país aún enfrentan retos para reunirse con familiares a los que no han visto en años, asistir a la escuela en un idioma extranjero y lidiar con el trauma del que huyeron o con las deudas que les deben a sus parientes o a los traficantes que los llevaron.

Más de 57,000 niños procedentes de El Salvador, Guatemala y Honduras llegaron a la frontera en el último año fiscal, y desde entonces han arribado otros 18,000, de acuerdo a estadísticas gubernamentales. Las cortes de migración han acelerado los procesos en un intento por apurarse en solucionar el retraso en casos pendientes.

Sin embargo, es difícil saber cuántos están ganando su caso. Hasta ahora, se han emitido órdenes de deportación a casi 6,200 de los niños que llegaron desde julio, la mayoría por no asistir a la corte, pero entre octubre y marzo se llenaron casi el mismo número de solicitudes de asilo.

Devueltos a un país que no conocen

Tanto Bueso como Joshua fueron tratados como menores sin supervisión adulta, debido a que ella era menor de edad cuando llegó a la frontera. Pero no puede creer que Estados Unidos envíe a su hijo a otro lugar donde nadie lo cuidará. El padre de Joshua no está presente en sus vidas, subrayó, y la abuela de ella está enferma.

Aunque atravesar México en autobús cuidando a su hijo fue complicado, Bueso dijo que el panorama es más favorable ahora que ya puede quedarse en Estados Unidos. Vive con su tío en un vecindario de Los Ángeles repleto de licorerías y negocios de fianzas para detenidos, donde asiste a la escuela por primera vez desde que tenía 10 años.

En Los Ángeles, otra adolescente se regocija al estar lejos de los traficantes de drogas que la secuestraron a los 16 años cuando iba a la escuela en Guatemala, manteniéndola cautiva durante semanas en la selva.

Durante su cautiverio fue violada en repetidas ocasiones hasta que se pagó el rescate. Ella cuenta ahora con asilo, pero no puede dormir más de dos horas seguidas debido a las pesadillas constantes, lo que le dificulta concentrarse en la escuela. 'Me acuerdo de algo y los sueños me matan', dijo.

Los niños que se reúnen con familiares a los que no han visto en años podrían pasar dificultades para adaptarse, al igual que aquellos que se quedan con familiares lejanos o amigos de la familia que esperan que paguen lo suyo. Algunos otros se van por su lado o terminan en refugios juveniles.

En lo que va del año fiscal, la agencia ha devuelto a 1,325 niños sin compañía adulta de regreso a sus países, en su mayor parte varones en su adolescencia media o tardía, de acuerdo a estadísticas gubernamentales.

Más del 95% de los niños que llegaron a la frontera en el último año fiscal fueron puestos con su familia u otros tutores, de acuerdo al Departamento de Salud y Servicios Humanos.