El papa Francisco se involucra personalmente en la investigación de un presunto caso de abusos sexuales a menores que derivó en la detención de tres sacerdotes y un seglar en España.
'Buenas tardes, hijo, soy el padre Jorge'. 'No conozco a ningún padre Jorge', respondió el interlocutor. 'Hijo, serénate, soy el papa Francisco'.
Son las palabras que escuchó al otro lado del teléfono un atónito joven que, meses antes, le había escrito una carta a Jorge Bergoglio para denunciar años de supuestos abusos por parte de un grupo de religiosos de la diócesis de Granada, en el sur de España.
El pontífice indica el martes que llama por teléfono a la víctima, que hizo la denuncia en una carta enviada al Vaticano.
El papa pidió al denunciante que acudiera al obispado de Granada, al sur del país, donde tuvieron lugar los hechos hace unos 10 años.
Francisco escribió entonces al arzobispo de Granada Francisco Javier Martínez para que abriera una investigación, dijo a los reporteros en el avión que lo llevaba de regreso a Roma tras su discurso ante el pleno del Parlamento europeo en Estrasburgo, Francia.
El papa afirmó que los hechos le producen 'gran dolor' pero aseguró que 'la verdad es la verdad y no debemos esconderla'.
Tres sacerdotes y un seglar fueron arrestados el lunes por su implicación en los presuntos abusos.
