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Manifestantes chocan con antimotines en protestas por desaparecidos

La crisis estalló a raíz de que 43 estudiantes de la escuela de maestros de Ayotzinapa (Guerrero, sur) desaparecieron el 26 de septiembre en la ciudad Iguala.

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20.11.2014

México

Un grupo de manifestantes encapuchados se enfrentaron este jueves con cócteles molotov y petardos a la policía antimotines en las inmediaciones del aeropuerto de Ciudad de México, en una tensa jornada de protestas por la desaparición y posible masacre de 43 desaparecidos.

Armados con palos y tubos, vestidos de negro, los manifestantes lanzaron también piedras a los agentes de seguridad, que los acorralaban, intentaban dispersarlos y liberar la vía, bloqueada con llantas y troncos incendiados, a unos 2,5 km de la terminal aérea.

Más temprano el grupo había bloqueado durante una hora otra vía más cercana al aeropuerto, pero los antimotines les impidieron avanzar, en tanto que en el centro de la capital estudiantes protestaban contra el gobierno, bloqueando la entrada de la sede de la secretaría de Educación.

Policías custodiaban edificios estatales y muchos negocios estaban protegidos con vallas metálicas cerca de la emblemática plaza del Zócalo, donde al final de la tarde está previsto que confluyan varias marchas, a la llegada de las caravanas de padres de los desaparecidos que recorrieron el país clamando porque sus hijos aparezcan con vida.

La crisis estalló a raíz de que 43 estudiantes de la escuela de maestros de Ayotzinapa (Guerrero, sur) desaparecieron el 26 de septiembre en la ciudad Iguala, en ese mismo estado, tras ser atacados por policías corruptos y narcotraficantes por orden del alcalde local, vinculado con el cártel Guerreros Unidos.

En el ojo del huracán

El presidente Enrique Peña Nieto, en el centro de la tormenta por el caso de los desaparecidos y el escándalo por una lujosa mansión de su esposa, y en la peor crisis de su gobierno desde que inició en 2012, ha advertido que actuará con mano firme ante brotes de violencia.

'México, es cierto, está dolido; pero el único camino para aliviar este dolor es el de la paz y la justicia', manifestó Peña Nieto en el tradicional acto de condecoración de militares el día de la Revolución Mexicana de 1910, celebrado en el campo militar Marte, ubicado en una céntrica zona de la Ciudad de México.

Dando un espaldarazo al gobierno de Peña Nieto, el ministro de Defensa, Salvador Cienfuegos, advirtió que la violencia sólo lleva 'a la frustración, a la ingobernabilidad, a la inestabilidad' y genera 'rencores inconciliables, letargo económico y parálisis colectiva'.

En estos dos meses han tenido lugar protestas violentas, con bloqueos y quemas de edificios estatales, sobre todo en Guerrero. El pasado 8 de noviembre, un pequeño grupo trató de incendiar la puerta del Palacio Nacional, en Ciudad de México.

La megamarcha organizada llevó al gobierno a cancelar el desfile militar y civil que se realiza cada año en la capital por la efeméride. Otras marchas fueron convocadas en ciudades de al menos la mitad de estados del país, varias de Estados Unidos y de Europa, América del Sur y Centroamérica.

Unas 4.000 personas, entre ellas maestros radicales y universitarios, marcharon en una estratégica autopista que conecta a la capital con el balneario de Acapulco, y otros 2.000 en Chilpancingo, capital de Guerrero.

Otros miles de universitarios marcharon en Puebla (centro) con pancartas y mantas. 'Vivos se los llevaron, vivos los queremos', gritaban.

La punta del iceberg

Según las investigaciones oficiales, los policías entregaron a los estudiantes a sicarios del cártel, que los ejecutaron y quemaron en un basurero de Cocula, vecino a Iguala, y lanzaron sus restos a un río. Los padres aseguran que están secuestrados y exigen al gobierno que siga la búsqueda.

'Vamos a pedir apoyo en esta jornada, hacer presión para que nos devuelvan a nuestros hijos vivos. Seguimos adelante, hasta el final, hasta que aparezcan. La situación es grave, hay muchos desaparecidos en todo el país', declaró a la AFP Epifanio Álvarez, padre de uno de los jóvenes, en una de las caravanas camino a la capital.

Para los analistas, México vive una de las peores crisis en décadas. 'Hay mucha indignación. Lo que estamos viviendo es la punta del iceberg que nos manifiesta que por abajo las cosas están podridas', declaró a AFP el analista Erubiel Tirado, de la Universidad Iberoamericana.

Los mexicanos han alzado la voz para condenar la desaparición de los estudiantes, pero también para expresar su hartazgo por la corrupción, la penetración del narcotráfico en las instituciones -crudamente desnudada con el caso de Iguala- y la violencia.

'Pasaron 50 días (de la desaparición) y estábamos aislados (los grupos de la sociedad civil). Ahora el propósito es llevar al país a la movilización y al cambio', declaró Omar García, estudiante de la escuela de maestros de Ayotzinapa.

Más de 80.000 muertos y unos 22.000 desaparecidos dejó hasta ahora la ofensiva militar iniciada en 2006 por el expresidente Felipe Calderón contra los cárteles. La gran mayoría de esos crímenes siguen impunes.