'Me gustaría que no guarden rencor por mis acciones. Entré aquí como un león y me voy como un cordero. Estoy en paz', fueron las últimas palabras del mexicano Miguel Ángel Paredes antes de ser ejecutado con inyección letal.
Según los documentos de la corte, Paredes fue el gatillero más agresivo cuando junto a otros dos miembros de su pandilla mataron a tres personas a las que reclamaban dinero de drogas.
Los cuerpos de las víctimas fueron enrollados en una alfombra, llevados a unos 80 kilómetros al sureste de la ciudad antes de prenderles fuego. El crimen ocurrió hace unos 14 años.
Ellos fueron identificados como Adrián Torres, Nelly Bravo y Shawn Caín, quienes pertenecían a la pandilla Mexican mafia.
Ningún amigo ni pariente de las tres víctimas estuvo presente en el procedimiento para oír cómo Paredes se dirigía al público antes de la ejecución.
Besos y perdón
El último acto consciente de Miguel Ángel Paredes poco antes de ser ejecutado el martes en la noche en la cárcel estatal de Huntsville, fue mandar besos a sus amigos y familiares, reportó Telemundodallas.com.
'Espero que la familia de las víctimas dejen ir todo el odio que tienen contra mi por mis acciones', fueron las palabras finales antes de que el pentabarbitol empezara a correr por sus venas.
Miguel Ángel Paredes, conocido en el mundo de las pandillas como 'Fat Boy', recibió la inyección letal por parte de las autoridades en la cárcel de Huntsville a las 6:32 p.m. (hora local) y 22 minutos después fue pronunciado muerto.
“Fat Boy” pertenecía a la pandilla Hermanos Pistoleros Latinos y fue sentenciado a morir tas el homicidio de tres personas en el área de San Antonio, en una aparente transacción de drogas.
Por este mismo hecho fueron condenados a tres cadenas perpetuas John Anthony Saenz y Greg “Mac 11” Alvarado, miembros de la misma pandilla Hermanos Pistoleros Latinos.
