Mundo

Bajó 80 kilos para encontrar el amor y dejar de ser virgen  

Hazel pesaba 143 kilos a los 21 años y estaba diagnosticada con adicción a la comida.

30.08.2014

Estados Unidos


Con 21 años, 143 kilos y aterrorizada con la idea de quedarse sola por siempre y llegar virgen a los 30, Hazel Dyson decidió que era hora de ponerse a dieta.

'No quería llegar a los 30 sin experimentar lo que es el amor verdadero', reveló Hazel Dyson a MailOnline, contando porqué decidió darle un cambio radical a su vida y a su dieta.

Hazel pesaba 143 kilos a los 21 años y estaba diagnosticada con adicción a la comida. Sin embargo, no se rendía ante la esperanza de algún día llegar a tener novio, a pesar de que los chicos la llamaban ‘masiva’ y ‘asquerosa’.

Hoy, seis años después, y con 80 kilos menos, Hazel es una hermosa chica, muy demandada por los hombres, quienes constantemente están invitándola a salir.

“Todas mis amigas eran bonitas y delgadas, y yo siempre era la gordita en la esquina. Mi familia trataba de arreglarme citas a ciegas, pero yo estaba muy avergonzada de como lucía como para ir. Ni siquiera salía de mi casa, pasaba el tiempo viendo televisión o revisando Facebook. Obviamente eso significaba que nunca conocí a nadie especial, así que inventaba historias falsas sobre chicos para que nadie supiera que nunca había tenido un novio.”

Tan complicada era su situación de salud, que durante un control médico, el galeno le advirtió que de no empezar a bajar de peso urgentemente, iba a necesitar un implante de cadera para cuando cumpliera 30.

“Fue absolutamente mortificante. Hasta ese momento culpaba de mi peso a mi Síndrome de Ovario Poliquístico, pero sabía que tenía que dejar de inventar excusas. Constantemente estaba cansada y sin aliento, pero ahora mis huesos también luchaban por soportar mi peso”, reveló.

“Cada vez que revisaba Facebook veía fotos de mis amigas casándose o pasándolo bien. Estaban todas allá afuera viviendo unas vidas increíbles, y yo quería hacerlo también”, confiesa, tras lo cual tomó la decisión de inscribirse en Slimming World, y plantearse un peso ideal como meta.

“Cuando me di cuenta de cuánto tenía que bajar me espanté, pero sabía que si no enfrentaba mis miedos, me quedaría atrapada en esa talla por siempre y no quería eso para mi vida. Quería encontrar mi ‘felices por siempre’”.

Fue así como se motivó a tirar toda la comida chatarra y llenar su refrigerador con frutas y vegetales. Y cada nuevo cumpleaños que celebraba, se convencía a sí misma que ese año encontraría un novio.

Si bien logró conocer a alguien especial, la relación terminó tras nueve meses de noviazgo. Sin embargo, Hazel no se arrepiente de la experiencia, y sigue esperanzada en encontrar la persona correcta para ella.