Mundo

Operativos impiden que migrantes suban a La Bestia

Además de inspeccionar el tren de carga, se han establecido retenes en las carreteras para revisar los buses.

FOTOGALERÍA
29.08.2014

Chauites, México

La mayor ofensiva de las autoridades mexicanas en décadas contra la inmigración ilegal ha reducido el flujo de migrantes centroamericanos que tratan de llegar a Estados Unidos y ha hecho bajar significativamente la cantidad de niños y familias migrantes, según funcionarios y relatos de testigos a lo largo de la arriesgada ruta.

Caravanas de policías federales mexicanos y empleados del servicio de inmigración al sur de México han comenzado a inspeccionar los rastros de la infame ruta de un tren de carga, conocido como 'La Bestia', y ha bajado a inmigrantes que ya estaban a bordo de los vagones y los ha enviado a varios centros de deportación.

También han establecido retenes en las carreteras para revisar la documentación de los pasajeros de buses interestatales.

Esta semana periodistas de The Associated Press, que siguieron al tren una noche desde que salió de Chiapas hasta que ingresó al vecino estado de Oaxaca, notaron un descenso en la cantidad de los inmigrantes, que ahora se contaban por decenas y cuya mayoría eran hombres adultos que viajaban sobre los vagones del tren a diferencia de lo que sucedía hace poco cuando cientos de hombres, mujeres y niños que viajaban en La Bestia.

Los hombres dijeron que fueron los únicos que pudieron evadir la captura. Sólo había dos mujeres en el tren y ningún niño.

'Detuvieron a casi todos', dijo Jorge Ruiz Williams, un migrante hondureño de 20 años que evitó ser detenido y que viajaba en el tren el martes por la noche. 'Lo que pasa es que nosotros somos más jóvenes, ágiles'.

Ahora, cuando las autoridades llegan a algún lugar de la ruta, que alguna vez circularon sin problemas en los albergues para migrantes y luego abordaban los vagones, se ven obligados a esconderse en los bosques aledaños, donde los delincuentes los acechan.

Algunos de los centroamericanos entrevistados dijeron que en lugar de tratar de cruzar a Estados Unidos ahora se quedarán y buscarán trabajo en México. Al parecer, muchas familias han decidido abstenerse de viajar por México pues a sus comunidades han llegado las noticias de las redadas y los retenes, y los esfuerzos de Estados Unidos y los gobiernos centroamericanos por detener el flujo migratorio, dijo Carlos Solís, director de un albergue en Arriaga, Chiapas.

'Antes, recibíamos mujeres y niños todos los días, desde hace una semana, ninguna', dijo.

Solís dijo que la ciudad, otrora llena de bulliciosos migrantes en espera de abordar el tren, quedó vacía casi de la noche a la mañana.

'La voz se corre, una persona le dice a la otra', dijo Solís.

Las autoridades también persiguen a los coyotes, lo que ha aumentado el costo del viaje y los hace moverse en zonas menos visibles, agregó Solís, refiriéndose a los traficantes de personas a quienes los inmigrantes les pagan para que los ayuden a cruzar la frontera con Estados Unidos.

Funcionarios estadounidenses y mexicanos dicen que han notado la misma reducción a lo largo de toda la ruta.

Las redadas se han hecho a solicitud del gobierno de Estados Unidos a México, Guatemala, Honduras y El Salvador.

El pasado siete de agosto el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense informó que la cifra de arrestos de niños que viajan solos y con uno de sus padres, en su frontera suroeste, fue aproximadamente 13.000 en julio, la mitad comparada con junio.

El secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, dijo que esta tendencia a la baja parecía haber continuado durante la primera semana de agosto y el presidente Barack Obama señaló el jueves que las cifras del mes mostrarán una mayor disminución.

'Estamos viendo una tendencia a la baja significativa en la cantidad de niños solos (que tratan de cruzar la frontera)', dijo Obama en una conferencia de prensa.

Se trata de una enorme diferencia en comparación con la ola de inmigrantes que ingresó a en Estados Unidos a principios del año, provocada por un aumento en la violencia en varios países centroamericanos y por el rumor que cundió en las comunidades centroamericanas de que toda mujer o niño que lograba ingresar a Estados Unidos recibía un permiso para quedarse con sus familiares o amigos siempre que asistiera a las audiencias de inmigración pues los albergues familiares donde los detenían estaban a reventar.

De octubre de 2013 a julio aproximadamente 63.000 niños fueron detenidos después de ingresar a Estados Unidos sin autorización legal, el doble de la cifra registrada durante el mismo tiempo para el período anterior.

Otras 63,000 familias, madres o padres con hijos menores de edad, fueron detenidas durante ese período.

Ya no hay niños centroamericanos en el albergue del gobierno en Reynosa, al otro lado de la frontera de McAllen, Texas, dijo el coordinador del lugar, Guadalupe Villegas García, el jueves. En cualquier momento dado, cuando tuvo lugar la oleada migratoria, en este albergue se podía encontrar a unos 15 niños centroamericanos detenidos o rescatados por las autoridades mexicanas antes de cruzar el río Bravo.

Ahora las autoridades dicen que los niños son detenidos mucho antes de llegar a la frontera. 'Hay muy pocos extranjeros', dijo Carlos Jiménez, portavoz de la entidad mexicana encargada del bienestar infantil en Reynosa. 'Hemos recibido tres o cuatro niños' en agosto.

Omar Zamora, portavoz de la Patrulla Fronteriza en el Valle del Río Grande, donde han entrado la mayoría de los menores centroamericanos, dijo el jueves que esa agencia arrestó entre 30 y 40 menores de edad a diario en semanas recientes. Esto constituye una baja sensible en comparación con los 300 o más que diariamente eran detenidos a principios del verano (junio).

No está claro cuánto tiempo México pueda o esté dispuesto a mantener una operación migratoria de este calibre. Sellar la porosa frontera con Guatemala no es físicamente posible ni políticamente aceptable, y las operaciones al interior de los países provocan críticas porque son similares a las que realiza desde hace mucho tiempo la Patrulla Fronteriza con los inmigrantes mexicanos más al norte.

Pero, por ahora, el esfuerzo no da señales de perder fuerza.

Williams, el inmigrante hondureño que viajaba en La Bestia, dijo que decenas de policías federales y de migración mexicanos abordaron el tren esta semana cuando se detuvo repentinamente en una zona remota, sacaron a todos los migrantes, excepto a un puñado que logró escapar. Para no ser detenido, Williams tuvo que correr por los vagones, bajar de prisa por una escalera de acero, lo que provocó una herida de mano, y luego volverse a subir al tren cuando el peligro había pasado.

Los delincuentes que asaltaban a los inmigrantes en el tren, que los amenazaban con empujarlos fuera de La Bestia a menos que cooperaran, se esconden ahora en las zonas boscosas cerca de los retenes de las autoridades en las carreteras, donde los policías de inmigración revisan los buses, dijo Aliver León López, de 29 años, oriundo de Ahuachapán, El Salvador.

Una banda de ladrones lo hirió en el cuello con un balazo porque trató de ocultarles el dinero que llevaba.

'Tienen ubicado los puntos donde los migrantes bajan para caminar ', dijo León López, quien todavía tiene una venda en el cuello. 'Bajamos de una camioneta para tratar de esquivar migración... me imagino que están enterados que mucha gente camina por allí... ellos saben dónde lo bajan a uno, y ellos saben que uno va a rodear... y avisan para que te quiten lo único que tienes'.

Enfrentados con obstáculos casi insalvables para llegar a Estados Unidos, León López y otros dicen que se dan por vencidos, al menos por ahora. López planea solicitar una visa humanitaria disponible en México para los que han sido víctimas de delitos. Otros migrantes hablaron de conseguir empleo en México en vez de en Estados Unidos.

Antes uno podía pasar con más facilidad, dice Abner Ramírez, de 30 años y recolector de café de Coatepeque, Guatemala, quien estaba durmiendo junto a las vías del ferrocarril en Chahuites antes de escapar de un operativo en el tren el fin de semana.

Si puedo conseguir un trabajo estable, me quedo...para enviar dinero a casa, dijo.

Juan Antonio Salmerón, de 48 años y trabajador de la construcción de La Unión, El Salvador, dijo que quiere trabajar en el norteño estado mexicano de Sinaloa, recogiendo frutas o vegetales. 'Allí se puede ganar dinero', dijo Salmerón.