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Otto Pérez sube apuesta sobre legalización de drogas

El Mandatario dijo que Guatemala no puede asumir la legalización de las drogas sola, necesita apoyo regional e internacional.

26.09.2012

El presidente guatemalteco Otto Pérez Molina no se considera un revolucionario por trasladar el debate de la legalización de las drogas a la Asamblea General de Naciones Unidas. Simplemente asegura que ya es hora de empezar a hablar de regularización de sustancias como la cocaína o la heroína en los grandes foros internacionales.

Un día antes de que Pérez Molina invite públicamente a los países del mundo a explorar nuevas rutas para combatir el problema del narcotráfico, el mandatario dijo a The Associated Press que llegó el momento de replantear una lucha de 40 años contra el tráfico ilegal de drogas que no da resultados efectivos y encima ha visto aumentar el consumo.

'La regularización de la cocaína tiene que ser mucho más severa (que otras sustancias). No estamos a favor de que se pueda estar distribuyendo cocaína en cualquier lado', dijo Pérez Molina. 'Pero si vamos a entrar el tema de la regularización, todas la sustancias deberían estar regularizadas y regularizar quiere decir que con, por ejemplo, la heroína o la cocaína, que son sustancias altamente dañinas y adictivas, pues tendrá que regularse cuáles son los procedimientos para poderlas vender, tendría que ser con receta médica o una serie de cosas, ideas, que tendrán que salir en la discusión'.

El presidente, quien habló con optimismo sobre el tema, dijo que le han informado de que él es el primer mandatario que propone la regularización de las drogas ante la Asamblea General de Naciones Unidas. La propuesta, sin embargo, no es nueva. Ya fue hecha en el pasado, incluido en la Cumbre de las América de abril en Cartagena, donde el presidente estadounidense Barack Obama opinó que la legalización 'no es la respuesta'.

El mandatario, sin embargo, destacó que el miércoles propondrá ante la Asamblea General actualizar la Convención Única Sobre Estupefacientes de 1961. La Convención mide las actuaciones de países basándose en el número de capos capturados o droga incautada cuando en realidad debería prestarse más atención a la violencia disminuida en un país o al número de consumidores, dijo el presidente. El hecho de que países como Bolivia o Perú cultivan la hoja de la coca también debería tomarse en cuenta.

Pérez Molina, que llegó al poder con una campaña en la que ofrecía mano dura para erradicar la violencia que agobia al país, sorprendió en febrero cuando propuso públicamente la despenalización del tráfico y consumo de drogas como una alternativa para enfrentar esa problemática.

El anuncio generó toda serie de declaraciones, encuentros y desencuentros entre líderes de América Central, y, finalmente, no surgieron los apoyos esperados a la propuesta.

La postura de Pérez Molina también ha sorprendido porque al mismo tiempo que el presidente hace la controvertida propuesta, anuncia la creación de nuevas bases militares y permite que 200 marines estadounidenses patrullen la costa occidental del país como parte de la llamada Operación Martillo.

Pérez Molina dijo el martes que no se trata de una contradicción: Guatemala no puede asumir la legalización de las drogas sola, necesita apoyo regional e internacional. Hasta que eso ocurra, el país debe seguir combatiendo el narcotráfico, destacó.

'Tenemos que seguir en la lucha y vamos a seguir en esa lucha. Mientras no hayan decisión de región o decisiones globales, nosotros vamos a seguir en el enfrentamiento, que es lo que hoy tenemos para frenar ese tráfico de drogas', señaló.

La Organización de los Estados Americanos está estudiando la propuesta de Pérez Molina, pero hasta entonces, Guatemala no se puede quedar de brazos cruzados.

'Mientras se están dando estos pasos, nosotros no vamos a dejar que Guatemala sea un corredor libre, un estado libre para traficar droga, para consumirla', explicó.

El dirigente guatemalteco también destacó que, al llegar a la presidencia, recibió unas fuerzas armadas y una policía nacional civil con muy pocos miembros y que por ese motivo va a aumentar la cifra, sumando unos 2.500 elementos al sector militar y unos 10.000 a la policía.

Planea asimismo construir dos nuevas bases militares, una en la costa atlántica, en Puerto Barrios, y la otra en la frontera con México, en el departamento de San Marcos.

La reducción de las fuerzas armadas en un 33% en efectivos y un 33% en presupuesto acabó siendo realmente del 60%, dijo Molina, y eso supuso un serio obstáculo para lograr avances en la guerra contra el narcotráfico, señaló.

'Hubo espacios que se quedaron fuera del control del estado. Esos espacios los aprovechó el crimen transnacional, el mismo narcotráfico, y la delincuencia. Y ahora lo que nosotros estamos haciendo es recuperar ese terreno', dijo el dirigente guatemalteco.

Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de las Américas, opinó que Pérez Molina propuso hablar este año de la regularización de drogas porque para Guatemala es duro controlar la situación del narcotráfico y necesita la ayuda de otros países para lograr alguna solución.

'Pérez Molina quiere estudiar todas las opciones disponibles a un problema que Guatemala no puede solucionar sola', dijo Farnsworth a la AP. 'Si Estados Unidos y otros países hubieran podido solucionar la situación creo que el presidente guatemalteco estaría cómodo manteniendo a las drogas como ilegales'.

Los carteles de drogas controlan zonas de Guatemala y otros países latinoamericanos, provocando algunas de las mayores tasas de asesinatos en el mundo. Un informe estadounidense del 2011, del Servicio de Investigación Congresual, destaca que un 95% de toda la cocaína que entra a Estados Unidos llega desde México y sus aguas, con un 60% de esa droga habiendo transitado primero a través de Centroamérica.

Pérez Molina admitió que el tema de la legalización de las drogas es 'sensible' pero destacó que ya hay presidentes que, aunque se oponen, están dispuestos a sentarse y dialogar.

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