Un bebé de casi siete kilogramos fue decapitado en un hospital de Brasil, cuando los médicos trataban de ayudar a la madre a traerlo al mundo de forma natural.
Medios internacionales informaron que la mujer, de nombre María Viera Alcilne Amoin, madre de otros tres niños, sufrió varias horas el dolor y trabajo de parto sin poder parir al infante.
Pese a las complicaciones, los médicos intentaron que la mujer sacara al bebé por vía vaginal.
Trascendió que los hombros del niño se atascaron en el canal del parto y su cabeza fue separada de su cuerpo en una mala maniobra de los médicos en el hospital Santa Isabel, al norte de Aracaju.
La mujer declaró que de pronto, sintió un crujido y el grito de uno de los médicos: '¡Marcos, estás loco!', según The Huffington Post.
Tras el incidente, la madre de 22 años fue trasladada de urgencia a un quirófano para realizarle una cesárea y retirar el cuerpo del niño de su pelvis.
El director de centro hospitalario explicó al canal O'Globo que el bebé ya estaba muerto antes del incidente.
La web del centro médico publica una declaración que informa de la existencia de 'un problema con el hombro del bebé. A pesar de que la cabeza ya había pasado a través de la vagina de la madre, el cuerpo del niño no podía salir por la pelvis de la madre. Hemos intentado varios procedimientos quirúrgicos, pero la única solución fue eliminar la cabeza del bebé'.
La familia, por su parte, desmiente la versión médica y acusan a los doctores de mala praxis, porque a cuando la mujer llegó al hospital fue evaluada y el corazón del bebé latía normalmente.
'Esto demuestra que el bebé estaba vivo y no muerto como los doctores están diciendo', asegura la familia.
El cuerpo permanece en la morgue del hospital a la espera de que se abra la investigación formal que aclare las causas de su muerte.
