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Nuevo brote de covid-19 en China enciende alarma en América Latina

Nuevos casos en Pekín cuando los países de Latinoamérica aún no logran aplanar la curva. Algunas naciones han reactivado sus economías de manera “inteligente”, aumentando medidas de prevención

16.06.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Después de más de cinco meses luchando con la pandemia, el mundo ha comenzado su proceso para el regreso a la normalidad, sin embargo, un nuevo brote del coronavirus en China enciende las alarmas mundiales y en Latinoamérica no es la excepción.

Más de un centenar de nuevos casos de coronavirus se confirmaron en Pekín, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS), en momentos que crecen los temores de una segunda ola de la pandemia.

Las noticias sobre el nuevo brote han llegado tarde y Europa reabrió sus fronteras internas ayer, tras meses de aislamiento para frenar la propagación del nuevo coronavirus, un paso adelante que coincide con el miedo a una segunda ola en China y con la situación crítica en América Latina, aún en el ojo del huracán.

América Latina

Costa Rica es uno de los países que mejor le había hecho frente a los contagios, ya que el número de nuevos casos confirmados se redujo constantemente en abril, hasta llegar a casi cero a comienzos de mayo, con un escaso número de fallecimientos.

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Sin embargo, inició un rebrote de covid-19 en la segunda mitad de mayo hasta casi duplicarse el número de nuevos casos, de 800 hasta 1,500 en menos de 30 días, luego de que decidiera abrir su economía.

Otro de los países en América Latina que sufrió un rebrote de Covid-19 fue Paraguay, también después de que el país sudamericano levantara ciertas restricciones con el avance en las fases de la “cuarentena inteligente”.

Con la salida “inteligente”, los reportes diarios comenzaron a mostrar una tendencia inversa, en particular desde finales de mayo.

Foto: El Heraldo

América Latina, además de sufrir por la pandemia, también lucha contra la pobreza extrema. Foto: Agencia AFP.


Otro ejemplo de rebrote en la región es Panamá, que regresó a la cuarentena por género en la capital y en una provincia contigua, tras dispararse los contagios por la covid-19, solo una semana después de reabrir nuevos sectores económicos y flexibilizar las medidas de confinamiento.

Otros países como Honduras, Brasil, México, El Salvador, Guatemala aún no han logrado vencer la pandemia y el aplanamiento de la curva parece ser más difícil de lo que se esperaba, no obstante, han apostado a abrir su economía de manera “inteligente” para evitar una recesión económica.

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Pero un nuevo brote del coronavirus en una Latinoamérica que no ha superado la primera, traería consecuencias catastróficas en las economías.

Para el caso, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) vaticina que si ocurre un segundo brote de covid-19 que lleve a nuevas órdenes de confinamiento, la economía mundial se desplomaría este año un 7.6%, con un significativo impacto en las cifras de desempleo. Y que si existe una recuperación en el 2021, siendo optimista, el crecimiento solo será de 2.8 por ciento.

Para el analista hondureño Miguel Cálix, “ya se anticipaba que iba a haber un crecimiento negativo en la región y los cálculos no se hacían no solo en función del brote sino de la imprecisión de cuánto tiempo esta crisis de salud va a durar”.

Cálix dijo que el anuncio de que haya un rebrote en China o en otras economías, “en mi opinión estaba ya dentro del cálculo que podía pasar si se daban dos factores: primero si no había una vacuna, todavía no la hay... y el segundo es el comportamiento de la recesión económica que esto ha traído. Acordémonos que las principales economías del mundo: la china, la norteamericana y la europea en general se han visto afectadas por eso”.

El experto explicó que esta pandemia ya se calcula que podía ser similar o superior a la crisis de 1929, Cálix se refiere la llamada Gran Depresión que se originó en Estados Unidos y la cual tuvo efectos devastadores en casi todos los países, ricos y pobres, donde la inseguridad y la miseria se transmitieron como una epidemia, de modo que cayeron: la renta nacional, los ingresos fiscales, los beneficios empresariales y los precios.

Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe considera que la mejor medida para disminuir el contagio es el autoaislamiento, pero, también afecta a la actividad económica pues el distanciamiento generalmente implica la desaceleración de la producción o incluso su interrupción total. “Esto disminuye las horas de trabajo y los salarios y da lugar a la consiguiente reducción de la demanda agregada de bienes y servicios”.

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