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Al menos dos muertos en derrumbe de edificios en favela de Río de Janeiro

Un número indeterminado de personas se hallan desaparecidas tras el desastre ocurrido en Muzema, un barrio con numerosas construcciones irregulares

12.04.2019

RÍO DE JANEIRO, BRASIL.-Al menos dos personas murieron este viernes y siete resultaron heridas en el derrumbe de dos edificios construidos sin autorización en una favela de Rio de Janeiro, 48 horas después de que lluvias torrenciales causaran una decena de muertes, informaron las autoridades.

Un número indeterminado de personas se hallan desaparecidas tras el desastre ocurrido en Muzema, un barrio con numerosas construcciones irregulares, controlado por milicias parapoliciales que impiden los controles de las autoridades.

Los edificios que se desplomaron eran contiguos y estaban construidos sobre una ladera, al pie de un cerro rocoso, junto a otras edificaciones.

Seis horas después del siniestro, decenas de bomberos continuaban buscando sobrevivientes entre los escombros con ayuda de médicos, perros rescatistas y helicópteros, bajo un clima húmedo y muy caluroso.

'Estamos trabajando incansablemente', afirmó el subcomandante de los Bomberos Marcelo Gisler en el lugar de difícil acceso debido a los estragos de las lluvias en los últimos días.

Los oficiales no supieron precisar el número de personas desaparecidas y entre los vecinos surgían versiones encontradas.

Foto: El Heraldo

La gente observa cómo una persona herida es llevada en un helicóptero de rescate después de que dos edificios se derrumbaran en Muzema, Río de Janeiro, Brasil. Foto AFP


Amigos y familiares acompañaban con angustia la operación, sin despegarse de sus celulares.

'Estoy esperando noticias de mis dos hermanas y mi cuñado', que estaban en uno de los apartamentos en el momento del colapso, dijo Francisco Ferreira, de 40 años, que vive en un barrio cercano.

Juliana Carvalho, de 34 años, se mudó a Muzema hace un mes tras comprar una casa frente a los edificios que cayeron. Acababa de despertarse cuando sintió los estruendos y huyó junto a su hija.

'Mi casa llegó a temblar. Corrimos sin mirar atrás', relató.

Solo Melo, de 35 años, fue uno de los primeros en llegar al lugar. Vive en uno de los edificios cercanos que fueron clausurados preventivamente por los bomberos y confiesa tener miedo de regresar, si se lo permiten.

'¿Como voy a volver a casa, apoyar mi cabeza en la almohada y dormir? ¡Vivo en un quinto piso!', explica.

El alcalde de Rio, Marcelo Crivella, acudió temprano al lugar para seguir los rescates.

Tras las lluvias torrenciales que el pasado martes provocaron inundaciones y deslizamientos, dejando diez muertos, Crivella decretó el estado de calamidad pública para disponer más ágilmente de recursos públicos para afrontar los daños.

Construcciones irregulares y control de milicias
Según la Alcaldía, los inmuebles que colapsaron habían sido levantados en un área donde la construcción está prohibida y las obras habían sido suspendidas por las autoridades en noviembre de 2018.

'La región es un Área de Protección Ambiental (APA) y los edificios allí construidos no respetan la legislación vigente. Por tratarse de un área dominada por milicias [parapoliciales], los técnicos de control municipal precisan apoyo de la Policía para realizar operaciones en el lugar', informó la Alcaldía en su cuenta de la red Twitter.

Numerosos barrios pobres de la zona oeste de Rio son dominados por milicias parapoliciales que, ante la ausencia del Estado y empleando la violencia, controlan el territorio gestionando los servicios públicos.

La apropiación de tierras y venta clandestina de inmuebles es una de las varias actividades que ayudan a financiarse a estos grupos, que surgieron en la zona oeste pero que hoy controlan 26 barrios de la ciudad, según un informe del periódico O Globo.

Varias milicias disputan el territorio con bandas de narcotraficantes.

Con dificultades para costear una casa a precios de mercado, muchos brasileños de bajos recursos acaban comprando inmuebles irregulares, sin certificados de seguridad ni títulos de propiedad auténticos.