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La carta de Ana Julia Quezada, asesina confesa de su hijastro Gabriel Cruz

'Soy negra, cometí un delito sin querer, lo único que pido es que se me juzgue y se me trate como se me tiene que tratar en mi situación', dijo la dominicana

12.04.2018

Tegucigalpa, Honduras
Ana Julia Quezada, la dominicana de 43 años de edad que confesó haber matado a su hijastro Gabriel Cruz de 8 años de edad, escribió una carta explicando cómo ocurrió todo.

La mujer, que se convirtió en uno de los personajes más odiados en España tras conocerse el crimen, rompió el silencio a través de un escrito dirigido a una presentadora de Telecinco, Ana Rosa Quintana, que le solicitó una entrevista.

'Fue un accidente y siempre lo diré porque es la verdad. Me asusté mucho y el miedo te bloquea y eso me pasa a mí. No fui lo suficientemente fuerte para decirle a mi pareja ni a nadie lo que había pasado y poco a poco me fui metiendo en una bola cada vez más grande', dice parte del mensaje de Ana Julia, donde asegura que no es un monstruo.

'No soy más monstruo que esas personas y lo hice por un accidente', dijo anteriormente la entonces novia del papá de Gabriel.

'Soy negra, cometí un delito sin querer, lo único que pido es que se me juzgue y se me trate como se me tiene que tratar en mi situación', dijo la dominicana, que le habría quitado la vida al menor el pasado 27 de febrero y que escondió su cuerpo por más de 12 días.

Aquí la carta dirigida a la periodista de Telecinco, Ana Rosa Quintana:

Hola, Ana Rosa

Gracias por escribirme por preocuparte por mí. ¿Que cómo estoy?

¡Pues te puede imaginar, nada bien! Ante todo pedir perdón a toda la familia de Gabriel y a todas las personas que he (h)echo daño. No puedo hablar mucho por el secreto de sumario. Lo primero estoy impactada de saber todas las mentiras que se han dicho de mí.

¿Mi versión de los hechos? Fue un accidente y siempre lo diré porque es la verdad. Me asusté mucho y el miedo te bloquea y eso me pasa a mí. No fui lo suficientemente fuerte para decirle a mi pareja ni a nadie lo que había pasado y poco a poco me fui metiendo en una bola cada vez más grande. Sé que no tengo excusa por el accidente. Quité a la persona que amo lo más grande que uno puede tener: un hijo.

Ángel, Patricia a todos perdón, sé que pasaré el resto de mi vida aquí pero esto es en lo que menos pienso. Tengo una hija y le he hecho mucho daño. Espero que ella algún día me pueda perdonar. También creo que cometas el delito que cometas nos tienen que tratar como personas.

A mí me han tratado muy mal ciertas personas en el calabozo y en más sitios. Por eso cuando llegué a prisión me pareció el cielo, os podéis hacer una idea. Incluso fueron a ver a mi familia a República Dominicana y mi pobre madre sufre del corazón. ¡Y eso no está bien! Tengo mucho que contar y en cuanto pueda lo contaré. ¿Y os digo por qué? Porque lo que está escrito se lee, os seguiré escribiendo en cuanto pueda.

Un saludo y gracias.