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Respaldo de Turquía es clave para la permanencia de Estados Unidos en Siria y solucionar la crisis

El presidente Donald Trump llamó a su par turco, necesitado de hacer un gesto significativo

25.11.2017

Washington, Estados Unidos
El grupo Estado Islámico puede estar a punto de perder su último bastión en Siria, pero Estados Unidos apunta a quedarse por más tiempo en el país para contrarrestar la influencia de Irán y Rusia, un objetivo cuya pieza angular es el apoyo de Turquía.

Pero las relaciones diplomáticas entre Washington y el presidente Recep Tayyip Erdogan se han tensionado recientemente.

El presidente Donald Trump llamó a su par turco el viernes, necesitado de hacer un gesto significativo, algo que parece haber logrado, al prometer a Ankara que no enviará más armas a las Unidades de Protección Popular (YPG), el brazo armado del Partido de la Unión Democrática (PYD), una organización kurdo-siria.

Sin ello, Turquía, un integrante clave de la OTAN, podría acercarse a Irán y Rusia, que apoyan al régimen sirio de Bashar al-Asad, y algunos en Washington podrían interpretarlo como una traición de Ankara, que fue clave para retomar Raqa, excapital del Estado Islámico (EI) en Siria.

'No podemos operar en Siria a largo plazo sin las bases y el espacio aéreo turcos, y hasta cierto punto sin el respaldo diplomático turco', dijo el exembajador estadounidense James Jeffrey, a la AFP.

'Así que de eso se trató la llamada' de Trump a Erdogan, agregó el diplomático, también exasesor de Seguridad Nacional y enviado a Ankara y Bagdad.

Desde 2011, Siria está sumergida en una guerra civil, y el caos generado le permitió al EI apoderarse de parte del este del país.

Estados Unidos movilizó a una coalición, que incluye a las YPG, para combatir a los yihadistas, y los combatientes sirio-kurdos estuvieron en la vanguardia cuando Raqa cayó el mes pasado.

Turquía era parte de la coalición liderada por Estados Unidos, pero encabezó su propia incursión en el norte de Siria, combatiendo tanto a yihadistas como a las fuerzas kurdas.

- Intereses comunes -
Según Jeffrey, quien como miembro del Institute for Near East Policy sigue en contacto con influyentes figuras turcas, 'nada desquicia más a Erdogan' que el respaldo de Estados Unidos a las YPG.

Pero al mismo tiempo, Ankara y Washington comparten el interés de contrarrestar la influencia de Rusia e Irán en Siria y en dar forma al futuro del país, cuando se avecinan diálogos de paz.

Tras la conversación entre los mandatarios, el canciller turco Mevlut Cavusoglu señaló que Trump prometió frenar el suministro de armas. 'Esencialmente dijo que esta locura debía haber terminado antes', afirmó.

La Casa Blanca fue menos explícita, pero confirmó que Trump 'informó al presidente Erdogan de ajustes pendientes en el apoyo militar a nuestros socios en Siria' y enfatizó que los dos líderes conversaron sobre la importancia de las conversaciones de paz que empezarán en diciembre en Ginebra.

El miércoles, Erdogan se reunió con los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Irán, Hasan Rohani, en Sochi para discutir sobre las negociaciones de paz.

Esto podría explicar la llamada del viernes, dijo Aykan Erdemir, un exmiembro del parlamento turco, en una entrevista con la AFP.

'Parece que hay una mayor convergencia entre las políticas sobre Siria por parte de Turquía y Rusia e Irán', dijo Erdemir, del think tank estadounidense Foundation for Defense of Democracies.

Para el analista, Erdogan está apunto de aceptar que Asad permanezca de algún modo y busca un acuerdo táctico con Moscú y Teherán.

Menciona, por ejemplo, que Turquía permitió a Asad atravesar su espacio aéreo para reunirse con Putin en Rusia, mientras éste envió suministros a Ankara.

'Erdogan recientemente se refirió a Asad como el gobierno central en Siria, y muchos vieron eso como una declaración fundamental', afirmó.

- Cambios radicales -
Pero Erdemir predijo que este cambio no durará tomando en cuenta que Erdogan ha invertido mucho para mostrar a Asad como criminal de guerra, y que eventualmente Rusia querrá sacar a las tropas turcas de Siria.

'Tengo serias dudas sobre las sostenibilidad del juego de Erdogan con Irán y Rusia', indicó Erdemir, quien consideró que la política exterior turca ha tenido 'una serie de cambios radicales' en los últimos años.

La semana pasada, el secretario de Defensa, Jim Mattis, dio una sorpresa cuando anunció que la presencia militar de Estados Unidos en Siria se mantendría incluso después de la derrota del EI.

'Vamos a asegurarnos que se establezcan las condiciones para una solución diplomática', dijo.

Washington plantea una solución que apunta a la elección de un nuevo gobierno en Siria, sin Asad, pese a los esfuerzos de Teherán y Moscú para protegerlo.

Para Jeffrey, Turquía plantea una pregunta legítima a Washington: 'Queremos una política. ¿Cuál es su política?'.

Y ahora parece que Washington se acerca a una respuesta.

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