Los sobrinos políticos del presidente de Venezuela Nicolás Maduro permanecen en una cárcel en Estados Unidos, luego que fueron detenidos y acusados de transportar droga hacía esa nación.
Supuestamente los jóvenes entraron al narconegocio para apoyar a su familia Maduro.
Según una publicación del sitio web Infobae Efraín Antonio Campo flores y Franqui Francisco Flores de Freitas fueron “empujados” al negocio ilícito, con ello buscaban que su familia lograra mantenerse en el poder por mucho más tiempo, esto ante la crisis que atraviesa la nación sudamericana.
La noticia establece que fiscales de los Estados Unidos argumentaron que los familiares de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores, intentaron un millonario negocio para conseguir dinero para su familia.
El comentario aparece en una moción presentada la tarde del miércoles en una corte federal de Manhattan.
Los fiscales indicaron que hay grabaciones de reuniones en las que los acusados mostraron que buscaban contrarrestar -con la venta de drogas- el dinero que supuestamente Estados Unidos le daba a la oposición en Venezuela antes de las elecciones legislativas de diciembre de 2015.
Las declaraciones fueron hechas en octubre de 2015 en Caracas a dos informantes encubiertos de la Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA).
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Tras su captura en Haití, en el año 2015, los sobrinos de Maduro admitieron traficar drogas hacia los Estados Unidos utilizando Honduras como un puente para el envío de los alucinógenos a la nación del norte.
En las pruebas que tienen las autoridades estadounidenses dejan ver que los jóvenes sostenían reuniones en Honduras, Venezuela y Haití planear el trasiego de la mercancía.
Un informe elaborado por la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York constató que los jóvenes utilizaban planes de vuelo con apariencia legítima, reuniones in situ y la colaboración de un hondureño que se presume es el extraditable Roberto de Jesús Soto García detenido hace unos días en Roatán, al norte de Honduras.
La primera reunión en suelo catracho tuvo lugar el 4 de octubre de 2015 en la ciudad de San Pedro Sula, donde un hondureño -refiriéndose a Soto García- presentó a dos venezolanos a CW-1, un testigo cooperador de la Administración para el Control de Drogas (DEA), quien habría sido asesinado, según información divulgada por medios venezolanos.
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El 5 de noviembre de ese mismo año, Soto García y otros se reunieron en San Pedro Sula junto a CW-1 y una tercera fuente confidencial identificada como CS-3, donde el hondureño explicó que junto a sus asociados recibirían el cargamento de droga en el aeropuerto de Roatán.
Trascendió que uno de los testigos claves en la captura de los venezolanos habría sido asesinado en Honduras, se conoce que este sería el CW-1.
El hondureño Roberto de Jesús Soto García compareció este sábado ante los la Corte Suprema de Justicia (CSJ) donde se le notificó que su audiencia de presentación y evacuación de pruebas se llevaría a cabo el 18 de noviembre.
Soto García fue remitido al Primer Batallón de Infantería donde permanecerá recluido mientras se lleve a cabo su proceso judicial.
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