'No estábamos robando, somos gente de bien. Solo queremos pasar', dijo a la AFP al borde del llanto Angie, una migrante hondureña de 21 años que junto a miles de sus compatriotas ve en Estados Unidos mejores oportunidades económicas.
La joven viaja en la caravana, pero ahora reconoce que será difícil pasar por el vecino país al menos que cumpla con los requisitos.
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Angie estaba resignada a regresar a la frontera con Honduras a tratar de documentar su ingreso y presentar una prueba negativa de covid-19, los requisitos que Guatemala exige para adentrarse en el territorio.
Ante el impedimento de seguir adelante en la travesía migrantes, la joven asegura solo 'quiero seguir hasta Estados Unidos, no me quiero quedar en Guatemala'.
Al menos nueve mil migrantes, principalmente de Honduras, se apostaron en la carretera de Vado Hondo hasta donde lograron llegar tras romper un primer cerco policial a su ingreso a Guatemala. Tras días varados el grupo se ha visto reducir, ya sea por el retorno de algunos pocos o por el avance de algunos grupos por otros sectores de Chiquimula.
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El éxodo migrante comenzó la madrugada del viernes desde San Pedro Sula y luego de tres días los caminantes resentían el cansancio, hambre y desesperación. Durante la jornada, una pequeña caravana de 300 salvadoreños entró al país irregularmente.
Unas pocas decenas que evadieron los retenes llegaron a uno de los objetivos intermedios, Ciudad Tecún Umán, paso fronterizo de Guatemala con México (suroeste), aunque con escasas probabilidades de superar el cerco de la Guardia Nacional mexicana.
La administración del presidente electo Joe Biden ha reiterado que no se están emitiendo asilos en este momento.
