Tegucigalpa, Honduras María Mercedes Amador (36), originaria de
Cofradía, Cortés, al norte de Honduras, migró hacia
Estados Unidos en 2006 sin tener quien la recibiera en este país, pero su deseo de buscar nuevas oportunidades para mantener a sus hijos fue su motor de arranque, y por eso ninguna adversidad ha podido detenerla ni frustrar sus sueños.
María es un ejemplo de superación y una prueba de que cuando te propones algo solo debes luchar para tenerlo. Actualmente posee una especialización como electricista comercial e industrial, además tiene su propia compañía llamada
Edumarelectric. Esta hondureña contó su historia en exclusiva para
El HERALDO:
'Yo llegué aquí, a Estados Unidos, sin tener familia, ni amigos, solo Dios conmigo, y Él es quien me ha ayudado. Cuando llegué a este país trabajé en un restaurante de comida rápida por tres años, ahí aprendí inglés. Luego trabajé limpiando casas, pero mi propósito siempre fue llegar a tener mi propia empresa', comentó la compatriota.
'Después de un tiempo el dinero no me alcanzaba, entonces decidí aprender un oficio para sacar adelante a mis hijos, porque soy madre de tres preciosas criaturas: dos muchachas y un varón. La oportunidad se me dio cuando conocí a un muchacho de Guatemala, maestro en electricidad, le pedí que me enseñara; al principio no quería porque yo era mujer, entonces le dije que me pusiera a prueba y él aceptó. De esa manera empecé y aquí sigo, llevo seis años laborando en esto. Hoy en día con lo que sé puedo ganar hasta 30 dólares la hora', dice la joven luchadora.
Amador continúa preparándose. En Honduras solo saqué sexto grado en la nocturna, pero aquí he podido estudiar, hoy en día estudio en el Instituto Cristo Viene de
Houston, Texas, curso el segundo año en teología. 'Este país ofrece muchas oportunidades a quien las quiera tomar', puntualizó María, todo un ejemplo de superación para nuestro país.
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