Tegucigalpa, Honduras
Doña Jessica Lagos abrió con esperanzas el grifo de la pila, pero en lugar de recibir agua solo escuchó cinco golpes de aire comprimido.
Para la vecina de la colonia Soto era el decimoquinto día sin servicio público, por lo que agarró tres docenas de ropa sucia y cuatro cubetas vacías en busca de agua.
La señora, acompañada de sus dos hijas y una vecina, encontró, después de 10 minutos de camino, la eterna fuente de agua que suple las necesidades en el empobrecido sector.
Se trata de una delgada manguera negra de la que brota agua las 24 horas al día al estar conectada a los pozos de mitigación del cerro El Berrinche.
“Esta agua viene de una toma que les hicimos a los pozos, el único detalle es que no es potable, no se bebe”, comenta doña Jessica mientras restriega ropa en una enorme piedra y bajo un techo de mezcal azul.
Esta insólita búsqueda de un ligero chorro probablemente empeorará para la señora, así como para miles de capitalinos de otras zonas deprimidas económicamente, a pesar de las recientes lluvias.
Los racionamientos pasarán de cada tres días, como se mantuvieron hasta abril, a cada cuatro a partir de mayo, según el nuevo calendario del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA).
Nuevos racionamientos
La modificación se aplicó y publicó, a pesar de las lluvias y las declaraciones de Luis Eveline, gerente del SANAA, sobre mantener la misma regularidad de suministro.
Hasta abril pasado se mantuvo un promedio de suministro cada tres días, lo que se traducía en dos o tres veces por semana, según los horarios oficiales.
En ese sentido, al funcionario se le consultó: ¿para mayo y los siguientes meses se espera hacer ajustes o mantenerlo en cada dos o tres veces a la semana?
“Lo vamos a mantener porque se entiende que la canícula va a estar extendida y eso nos preocupa, por otro lado la temporada lluviosa se puede retardar”, respondió Eveline.
A renglón seguido, el gerente amplió que “entonces mejor seguir con este patrón para terminar el año normalmente”.
No obstante, EL HERALDO revisó el calendario de distribución de mayo, alojado en la página web www.sanaa.hn, y se observa que el promedio se redujo a cada cuatro días.
De esta forma, el patrón de suministro para los barrios y colonias disminuye a únicamente cada dos veces por semana, en contraste con el horario hasta abril, cuando se mantuvo en dos o tres veces.
El equipo periodístico consultó nuevamente a Eveline vía Whatsapp sobre este cambio, pero hasta la hora de cierre no hubo respuesta.
Este tipo de regulaciones ha sido la principal causa de que los capitalinos más pobres gasten en cisternas, por lo que terminan pagando 150 lempiras por metro cúbico de agua, según informes.
En contraste, en las zonas residenciales, con un suministro regular, el metro cúbico cuesta seis lempiras, lo que denota las grandes desigualdades en el acceso al agua.
Crisis en los barrios pobres
Aun con los ajustes de horario, los números del SANAA todavía no concuerdan con cientos de hogares capitalinos que reportan sus grifos secos durante 15 o 30 días.
El origen de esta sequía está en un factor que pocas veces entra en análisis, pero condiciona el estilo de vida de uno de cada tres capitalinos de sectores marginales.
La mayoría de estas zonas con problemas de abastecimiento están conectadas con juntas de agua, según consultas hechas por EL HERALDO.
Estas comunidades suelen recibir el agua en bloque, describió el gerente del SANAA, pero en su interior están divididas en sectores porque tienen una gran población.
Como el tiempo o la presión del suministro no es suficiente, las juntas designan un determinado día o un bloque de horas para cada sector.
“En la mayoría de juntas de agua los sectores son como cerros y no se pueden distribuir todas las horas”, confirmó Richard Salinas, vocal de la Asociación de Juntas Administradoras de Agua de Francisco Morazán (Ajaasfram).
Así, el promedio de dos veces a la semana se agudiza a cada 15 o 30 días. En las zonas críticas, apenas 40 minutos a la semana hay agua, apuntó Salinas.
La denuncia es más fuerte y al parecer el ente autónomo no comenta toda la crisis.
“Desde hace menos de un mes entramos a un sistema de racionamiento que pasó de dos días a un día por semana”, reveló Salinas en referencia a la zona de El Carrizal.
Según el SANAA, unos 310 barrios y colonias reciben el preciado líquido por medio de 247 juntas de agua, y en ellos viven 400 mil capitalinos, casi un tercio de la población.
Municipalización
La crisis de agua capitalina se desarrolla, en esta ocasión, en medio del proceso de municipalización del líquido.
Según el convenio entre el ente autónomo y la Alcaldía, el traspaso debe firmarse el 15 de mayo, como último plazo, y ambas partes muestran su disposición.
La incertidumbre es cómo queda el sistema capitalino, qué cambios habrá y cómo operará la municipalidad.
“El 15 de mayo inicia un proceso gradual, no significa que a partir del 16 de mayo habrá más agua, pues será paulatinamente”, explicó Rafael Barahona, regidor municipal.
Por su parte, Eveline detalló que en esa fecha se resuelve la parte legal y se hace la transferencia de infraestructura, personal, planos de la ciudad, programas informáticos y base de datos comercial, entre otros elementos.
No obstante, la medida no es bien vista por un grupo de administradoras de agua, aglutinadas en la Asociación Hondureña de Juntas de Administradores de Agua y Saneamiento (Ashojaas).
“Ya no vamos a poder acceder a ese líquido. Uno se decepciona con estas políticas de gobierno”, externó Manuel Amador, presidente de Ashojaas.
El dirigente ha calificado el proceso como una privatización disfrazada, con manejo de cifras inexactas e incapacidad para sostener el servicio.
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