El arte, la cultura y mucho menos el legado o la memoria de los próceres no pesan en Honduras.
Y es que los centros que le rinden tributo a la cultura hondureña pasan por su peor momento. La crisis económica que golpea a Honduras y la poca voluntad de las autoridades a buscar respuesta mantienen a varios recintos de promoción de la identidad nacional al borde de un inminente cierre.
Museos, casas de la cultura, bibliotecas y hasta galerías analizan tomar la fulminante determinación en el primer semestre del año.
Triste realidad
El panorama se tornó oscuro a partir del miércoles para la Galería Nacional de Arte.
El no disponer de los recursos económicos necesarios llevó a este emblemático espacio a cerrar sus puertas al público.
Este recinto de imponente estilo neoclásico, ubicado en el parque La Merced y que desde 1994 la UNAH cediera a la Fundación Pro Arte y Cultura (Fundarte), para instalar la Galería Nacional de Arte, no sobrevivió a la crisis.
Desde enero se viene cancelando al personal que laboraba en esta entidad, al que aún no se le ha hecho efectivo el pago de las prestaciones.
“Hay una serie de circunstancias que se han dado. Desde el año pasado no recibió apoyo gubernamental”, declaró José Jorge Salgado, director del centro cultural.
En el último trimestre la Galería había sobrevivido gracias a los voluntarios y aportaciones que realiza Fundarte, o a la solidaridad de artistas como el pintor nacional don Julio Visquerra, quien donó una obra pictórica para que fuera subastada.
Asimismo, a través del Decreto 223-2012 del 18 de enero de 2013 se determinó asignar dentro del Presupuesto General de la República 2.7 millones de lempiras, pero la transferencia nunca fue cumplida por Finanzas.
Desde el miércoles, las puertas de este espacio permanecen cerradas hasta que las autoridades decidan qué solución ofrecer a esta situación.
Funcionará hasta julio
Igual suerte correría la Casa de Morazán, conformada por el Museo, Archivo, Biblioteca, Instituto y la Fundación Morazánica. Este espacio, creado para la promoción del máximo héroe de la unión centroamericana, el general Francisco Morazán, amenaza con cerrar sus puertas a partir del 31 de julio, situación que no se concibe, pues al prócer no se le ha dado su lugar en el país.
El recorte del 50 por ciento al ya pírrico presupuesto de 1.5 millones por parte de Finanzas es la causa para que este recinto, que guarda con celo el legado del prócer, desaparezca.
Viendo la crisis que se avizora y en busca de respuesta, el director de Casa de Morazán, Carlos Turcios, envió en febrero una nota al Ministerio de Finanzas para que se reconsiderara la determinación.
En respuesta, el subsecretario Carlos Borjas informó que debido a la situación económica del país, la petición no podía ser atendida favorablemente. Embajadas como la de El Salvador y Nicaragua han expresado su solidaridad para que este recinto no deje de funcionar, ya que es un tributo a la memoria no solo del hondureño, sino del centroamericano más sobresaliente de la historia.
Para funcionar lo que resta del año, este espacio dedicado al Paladín Unionista requiere de 800 mil lempiras para pagar a los empleados.
Cabe recordar que las entradas a este espacio son gratuitas, por lo que no podría generar recursos por sí solo.
Turcios incluso ha hecho gestiones en el Congreso Nacional para evitar el cierre de Casa Morazán.
EL HERALDO consultó al secretario del Legislativo, Rigoberto Chang Castillo, sobre la catástrofe que se avecina contra la cultura hondureña.
“¿Quién no quiere preservar la herencia, el legado histórico que nos dejó Francisco Morazán, que es un orgullo, satisfacción para Honduras y Centroamérica? ¿Quién no va a querer apoyar el arte, la cultura y la educación en Honduras?”, se preguntó el diputado a la vez que prometió agilizar con la comisión Presupuestaria el decreto que anteriormente presentó encaminado a buscar fondos para la restauración y funcionamiento de la Casa Morazán.
EL HERALDO trató de buscar la reacción de las autoridades de Finanzas, sin resultado alguno.
