La emoción se apodera de los capitalinos en las pocas horas que le faltan al 2012, no tanto por la alegría que trae darle la bienvenida a un nuevo año, sino por el gusto de reducir a cenizas al que se va para nunca más volver.
Por tradición estos son los días en que el año viejo en Honduras y particularmente en la capital adquiere la representación de personajes, especialmente aquellos que le han causado dolores de cabeza.
Bastará para desquitarse de los males causados por estos mal portados, ropa y zapatos viejos, cohetes, gasolina, fósforos y mucho ingenio.
El 31 de diciembre de 2012 y cuando el reloj marque las 12:00 de la noche y anuncie la llegada de 2013, los capitalinos harán desfilar rumbo a la hoguera al exministro de Finanzas Héctor “Tito” Guillén.
Igual no podrá faltar el presidente de Honduras, Porfirio Lobo, y Juan Orlando Hernández, titular del Poder Legislativo.
También se convertirán en cenizas Juan Pueblo, por aguantador, y la famosa Chiringos.