Tegucigalpa

Con disciplina, compromiso y valores se forman alumnos

Instalaciones en perfecto estado, más de la mitad de los alumnos con 90 por ciento de índice y enseñanza basada en competencias hacen de
este centro un modelo de formación académica. Destacan niños en el arte, la cultura y los deportes.

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08.07.2012

Asistir a clases, más que una obligación representa una aventura para los 1,360 estudiantes de la Jorge J. Larach, el centro educativo modelo de la capital.

Enclavado en la Montes de Sinaí, una colonia en desarrollo, donde sus habitantes luchan día a día por salir adelante, “los pitufos”, como se les denomina por el azul de su uniforme, encuentran todas las herramientas de aprendizaje y tecnológicas para ser los profesionales que sueñan.

En este centro educativo sobresalen niños promesas que destacan en el arte, la cultura, los deportes y la excelencia académica.

Omar Alexander Escoto, un pequeño de 10 años que cursa el quinto grado, es un destacado futbolista que suda la camiseta para enorgullecer a la escuela de sus amores.

“Para mí estar en la J. J. Larach es un orgullo porque tengo una escuela bella, ordenada, disciplinada y los mejores maestros del mundo”, afirma con convicción.

El rendimiento de 98 por ciento habla por sí mismo del impulso que crean en él sus maestros para ser el mejor.

A la vanguardia

El centro básico nació en 1984 con el nombre de Escuela República Dominicana y un año después los maestros y la asociación de padres de familia deciden cambiar su nombre a Jorge J. Larach por el apoyo incondicional que brinda desde entonces la familia Larach.

Y para 2004 adquiere el grado de Centro de Educación Básica ampliando la formación hasta el noveno grado.

El centro siempre se ha caracterizado por ir un paso adelante en la implementación de nuevos métodos de enseñanza. Desde hace 15 años tiene el laboratorio de computación más grande y completo que desde el primer grado forma a los alumnos en el uso de las herramientas tecnológicas.

Cristian Urrea, quien imparte la cátedra, comentó que los estudiantes no quieren abandonar el laboratorio cuando expiran sus minutos se clase.

Otro de los plus del centro educativo son las clases de inglés, desde hace seis años los alumnos exploran la lengua inglesa con gran maestría.

En los pasillos se escuchan conversaciones completas en inglés entre los estudiantes.

El director, Miguel Adonis Gutiérrez, explicó que aunque la ley educativa les exige que a partir del primer grado se imparta esta asignatura, ellos la ofrecen desde prebásica.

“Los padres de familia pagan la maestra de inglés, porque la Secretaría de Educación nunca nos asignó el docente y gracias a eso logramos cumplir este reto”, destacó.

Por si fuera poco, la escuela es la pionera en el uso del texto “Aprende con éxito” con el que se pretende cambiar las reglas de enseñanza de la lengua española.

La valiosa herramienta es creación de la docente Gladys Ondina y aplica la novedosa técnica “Laser”.

La propuesta es superar la tradicional metodología de la enseñanza silábica, con un nuevo sistema para que los pequeños de primer año aprendan las palabras y oraciones de manera conceptual.

Para ampliar sus horizontes de desarrollo integral, los niños ejercen varias actividades extracurriculares como cuadros de danza folklórica y garífuna, equipos de fútbol, olimpiadas de matemáticas, Feria del Reciclaje, Festival de la Canción y reinados de belleza, entre otros.

Sólidos pilares

Los cimientos de la formación en la Jorge J. Larach están en la disciplina del alumno, el esfuerzo de los docentes y la participación de los padres en el rendimiento de sus hijos.

“Nada podría lograrse sin el respaldo constante de la Sociedad de Padres de Familia, que cada año crea un proyecto diferente para mejorar las instalaciones y la formación de sus hijos”, recalcó Gutiérrez.

Los padres de familia han creado un fondo para generar programas de desarrollo, el reto que se han impuesto este año es la construcción de un laboratorio de cocina.

“Mucha gente cree que don Emilio Larach nos tiene la escuela así de bonita, pero en realidad él no colabora si no ve una contraparte de esfuerzo de parte de la comunidad”, indicó una de las maestras.

Los niños hablan del conocido solidario empresario del “Un 2x3” como si se tratará de un miembro de su familia.

“Don Emilio siempre viene a todas las graduaciones y cuando asiste a las competencias nos dice que debemos divertirnos y buscar ante todo la excelencia en cada paso que damos, porque nosotros construimos nuestro futuro”, relató Ana Nájera, alumna del sexto grado.

La familia Larach contribuye en cada iniciativa de desarrollo que crean los padres de familia y maestros; obras de infraestructura, mobiliario y becas para estudiantes son algunos de sus aportes.

Y la disciplina casi militar es uno de los baluartes del centro básico. Los niños caminan su uniforme impecable, el orden se mantiene en los juegos del recreo y las tareas se entregan en tiempo y forma.

El Comité de Disciplina que dirigen los alumnos de los grados avanzados es el encargado de mantener el orden durante los actos cívicos, festejos especiales y recreos.

La seguridad de los educandos es prioridad para los directores. Nadie ingresa la centro educativo sin previa identificación y autorización.

Por la calidad que caracteriza a la J. J Larach, en la temporada de matrícula hay padres de familia que hasta pernoctan en las afueras para lograr un cupo para sus niños. Al lograrlo no se acabó su sacrificio, pues tanto padres como alumnos firman un acta de compromiso para velar por el mantenimiento de la escuela e involucrase en los proyectos de desarrollo.