Las huellas del vandalismo que dejaron a su paso los manifestantes que participaron en las marchas del primero de mayo tienen un alto precio monetario.
Luego de una inspección por las zonas dañadas y rayadas por los incultos protestantes, las autoridades municipales reportaron cuantiosas perdidas económicas.
Según el recuento de los daños realizado por cuatro inspectores de la Gerencia del Centro Histórico de la Alcaldía, unos 29 edificios fueron los más afectados.
Según se estimó, la restauración de cada inmueble asciende a unos 10,000 lempiras, sin contar los costos de limpieza de paredes de piedra y mármol o al lijado de paredes de concreto.
Solo en la parte patrimonial, los daños bien podría alcanzar los 300,000 lempiras.
Edificios históricos como la catedral San Miguel Arcángel, la Casa Ramón Rosa, que alberga la Fundación para el Museo del Hombre Hondureño (FMHH), el Congreso Nacional y la Galería Nacional de Arte lucieron tapizados de consignas y palabras soeces.
En toda la avenida Cervantes no hubo un inmueble que se salvará del vandalismo inmisericorde que echó por tierra las ganancias de la semana para muchos de los dueños de negocios en la zona.
Los daños en todos los inmuebles sobrepasan el medio millón de lempiras, calculó Arturo Suárez, gerente del Centro Histórico de la Alcaldía.
“En un día me ha tocado invertir unos 8,000 lempiras para limpiar mi negocio de todas las leyendas que dejó esta gente en las paredes, no entiendo cómo predican la igualdad social si destruyen la inversión de gente luchadora”, manifestó Alejandro Ortega, una de las empresarias afectadas.
Como ella, los propietarios de negocios de la Calle Real de Comayagüela amanecieron pintando de nuevo sus locales para que los mensajes plasmados no ausentaran a su clientela.
Bancos, sedes de partidos políticos, el edificio de la Escuela Nacional de Bellas Artes, la Cruz Roja y una decena de inmuebles de la segunda avenida fueron utilizados como pizarrón por los vándalos. Hasta el antiguo edificio de la Secretaría del Trabajo, que está siendo restaurado, resultó afectado.
Total repudio
Los pequeños inversores de los negocios afectados se mostraron impotentes y molestos por el atentado al que fueron sometidos sus negocios.
Merleny Gonzales, quien atiende una pequeña glorieta en la segunda avenida de Comayagüela, aseguró que el dinero que tenía destinado para comprar alimentos lo gasto en pintura.
“Tuve que comprar dos galones de pintura de aceite porque mi negocio tiene dos colores en la pared de la fachada”, manifestó con indignación.
Doña Marleny dijo que no entiende cómo se hacen llamar defensores del pueblo pueblo si atentan contra el patrimonio de los más pobres.
Igual que esta humilde vendedora, decenas de pequeños inversores dedicaron toda la mañana de ayer a restaurar las paredes dañadas.
Jorge Cerrano, administrador de un negocio de repuestos en la segunda avenida, catalogó como una pedrada a mano alzada la destrucción de las cortinas que protegen los ventanales del negocio.
“Ya invertí 10,000 lempiras en pintar las paredes y me falta contratar una máquina para pintar las cortinas de metal, es un flagelo”, aseveró.
Don Jorge solicitó a las autoridades que procedan en contra de los culpables de los destrozos en varios de los negocios de la zona comercial.
Acciones
Las autoridades edilicias dedicaron la mitad del día a evaluar los daños.
Suárez culpó abiertamente a los seguidores del movimiento Libre, que lidera la esposa del expresidente Manuel Zelaya, del daño ocasionado a edificos patrimoniales.
“Es evidente que los seguidores de este movimiento se ensañaron contra la Catedral o el Palacio Municipal por el antagonismo que tienen en contra del cardenal Óscar Andrés Rodríguez y el alcalde Ricardo Álvarez”, aseguró.
Suárez afirmó que además del gasto por restauración se teme por la seguridad de las obras que se ejecutarán en la plaza Central, para la habilitación de espacios públicos.
“No sabemos cómo vamos a poder proteger de este tipo de destrucción los proyectos millonarios que tenemos en puerta”, indicó.
MP investiga actos de vandalismo
Los actos vandálicos de los manifestantes no quedarán impunes.
El Ministerio Público (MP) espera recibir las denuncias de las personas que se sienten afectadas para proceder en materia penal.
Al pintar paredes de viviendas, en este caso por las manifestantes de la marcha del 1 de mayo, se incurre en el tipo penal de daños.
El fiscal adjunto Roy Urtecho recordó que los trabajadores tienen el derecho de movilizarse y manifestarse, sin embargo, advirtió que cualquier manifestación que atente con el ornato público o la seguridad de las personas o de los bienes muebles o inmuebles incurre en responsabilidad.
En tal sentido, dijo que el MP esta listo para recibir denuncias de personas que se sientan agraviadas por daños a su propiedad privada.
“Los ciudadanos están en la vía expedita para presentar las denuncias correspondientes”, expresó el fiscal.
Y es que los actos vandálicos alcanzaron inmuebles del casco histórico. La Catedral sufrió daños en sus paredes por parte de los personas que, para evitar ser identificados, protegieron sus rostros con máscaras.
La Fiscalía de las Etnias y Patrimonio Cultural tomó nota de la denuncia publicada por EL HERALDO para iniciar una investigación.
“Si los inmuebles dañados son patrimonio cultural, para eso está la Fiscalía correspondiente”, expresó el adjunto.
