Independencia

Un pacifista que buscó la unión

A pesar de sus 25 batallas ganadas, Morazán siempre trató de evitar los enfrentamientos.
02.09.2015

Tegucigalpa, Honduras

El general Francisco Morazán está considerado como el personaje más importante de la historia de Centroamérica de todos los tiempos, manifestó Carlos Turcios, historiador y director de la Casa de Morazán.

Él fue militar, educador, humanista y sus valiosas ejecutorias permiten recordarlo como un verdadero estadista cuyo sueño fue tener una República fuerte, rica y respetada. A pesar de ser un militar, con 25 batallas ganadas, siempre buscó las soluciones pacíficas y esto puede apreciarse en los pactos como por ejemplo el de las vueltas del Ocote en Olancho en 1830, la famosa capitulación de Guatemala en 1829 y el pacto del Jocote el 12 de abril de 1842, que fue su última cruzada en San José, Costa Rica.

Para conocerlo hay que entrar en su historia, donde puede verse su faceta de educador, de humanista, comprometido con los derechos humanos y sobre todo su dimensión de estadista, que la manifestó cuando llegó a la presidencia de la República Federal de Centroamérica un 16 de septiembre de 1830.

Cuando él asume por primera vez la presidencia de la República Federal de Centroamérica junto a Mariano Gálvez y otros notables, llevó un proceso de reformas progresistas de primer nivel en Centroamérica, trajo el método educativo lancasteriano, introdujo los juicios por jurados, realizó un proceso de reforma agraria limitando los derechos a la Iglesia Católica, que tenía controladas las mejores tierras y se las dio a quienes las necesitaban, eso le generó dificultades con el poder real de la época, que era la iglesia y la rancia aristocracia centroamericana asentada en Guatemala, así como con cierto poderío español e inglés.

Separó la Iglesia del Estado, eso no significaba que era enemigo de la Iglesia sino que puso orden.
“Su condición de estadista, inspirado en los ideales de los enciclopedistas y en las obras de Alexis de Tocqueville, se manifestó también en sus relaciones con otros países, cuando proyectó el canal interoceánico que se iba a realizar a través del río San Juan y el Lago de Nicaragua, no a través de Panamá. Este canal ya estaba pactado con los holandeses, pero los ingleses se molestaron y comenzaron a conspirar contra él”.

De acuerdo con Turcios, Morazán muestra además una visión de estadista continental cuando en su primer gobierno hablaba de una famosa alianza latinoamericana de los pueblos para impedir las invasiones de los poderosos a estos pequeños territorios.

El estudio de Morazán

Para Turcios, el poco interés que los hondureños muestran por estudiar a Morazán es producto de la crisis de valores y de un sistema educativo que no se preocupa por crear civismo, patria y cultura.

A su criterio, el Ministerio de Educación debería obligar a nuestros niños y a toda la población no solo a estudiar el pensamiento de Morazán, sino también a todos aquellos grandes hombres que le han dado una gran imagen a esta patria.

Honduras le ha dado a Centroamérica los mejores hombres: Morazán fue tres veces presidente de Honduras, tres veces presidente de El Salvador, dos veces presidente de la República Federal de Centroamérica y presidente provisorio de Costa Rica.

Entre otros hondureños destacan también José Cecilio del Valle, dos veces presidente de Centroamérica, la primera vez en 1824 ganó la elección, pero le hicieron un fraude; en 1834 vuelve a ser electo presidente de Centroamérica derrotando al mismo Morazán, pero no ejerció el cargo porque murió el 2 de marzo de 1834, antes de la toma de posesión.

También está José Trinidad Cabañas, presidente de Honduras y presidente de la Asamblea Legislativa de El Salvador. Asimismo destaca Juan Lindo, quien fue presidente de Honduras y de El Salvador; igualmente Dionisio de Herrera, presidente de Honduras, de El Salvador y Nicaragua, y Diego Vigil, presidente de Honduras, de El Salvador y de Centroamérica.