En un operativo efectuado este martes en la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto, al norte de la capital de Honduras, elementos de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional (Fusina) decomisaron casi medio centenar de televisores, equipos de sonido y consolas de videojuegos.
La operación conjunta dio inicio a las seis de la mañana en los módulos en los que se encuentran recluidos miembros de las pandillas MS-13 y 18.
A eso de las 11:00 AM, los miembros de Fusina habian decomisado 41 televisores (al menos 32 plasmas), 15 equipos de sonido, cinco juegos de nintendo, tres plantas de marihuana, dos guitarras, equipo de construcción (carretas de mano, palas, soldadora, niveles, destornilladores), un celular, 11 cuchillos, 11 tijeras, tres radiocomunicadores y una sierra eléctrica.
Además, fueron incautadas: una chapeadora eléctrica de jardinería, una maqueta con integrantes de una de las maras, dos taladros, un medidor de energía, una mascarilla antigás, una bomba molotov, llaves para abrir diferentes puertas, dos litros de aguardiente, medicamentos, cinco carretas Trooper, seis piedras de crack, una pipa para fumar droga, libretas, fotografías de pandilleros y cajas de hojas de afeitar.
En febrero pasado, las autoridades policiales y militares efectuaron una operación de inspección en todos los centros penales de Honduras.
Entonces fueron decomisados 230 mil lempiras en efectivo en las instalaciones de la Penitenciaría Nacional. De estos, 200 mil lempiras estaban en poder de un reo asignado al módulo de Diagnóstico y los restantes 30 mil a otro convicto del módulo Escorpión.
Durante los operativos, los agentes decomisaron también teléfonos celulares, droga, una piocha, una barra de uña, puñales y bebidas alcohólicas de fabricación casera conocidas como 'chichas'.
Estas acciones se enmarcan en la desarticulación de bandas delincuenciales que operan desde las cárceles de Honduras.
La Secretaría de Seguridad anunció recientemente el reforzamiento de las medidas de control en la PN, de donde en lo que va de 2014 se han fugado al menos nueve reclusos.
A raíz de la fuga, las autoridades determinaron efectuar un cambio de mando al frente de las penitenciarías nacionales.
A finales de julio asumió como nuevo director del Instituto Penitenciario el coronel Francisco Granados, quien adelantó la incorporación de 1,250 reservistas en la seguridad de las prisiones hondureñas.