Más de tres mil armas de fuego fueron desechadas este miércoles en la unidad de destrucción de la Policía Nacional, en Tegucigalpa.
Armas largas y cortas, pertenecientes a la policía pero en desuso, así como las decomisadas a delincuentes, entre otras, fueron destruidas en las máquinas que para tal fin donó en mayo pasado el gobierno de Estados Unidos.
En total este día fueron destruidas 3,155 armas de fuego.
Representantes de organismos de Derechos Humanos, que acudieron como observadores a la destrucción del armamente, propusieron que los desechos sean utilizadas para elaborar camas, sillas de ruedas o pupitres.
Incluso, plantearon que se erija un monumento a los policías caídos con el metal de las armas destruidas.
La Unidad de Destrucción de Armas, ubicada en Casamata, destruye en promedio 300 a 400 armas de fuego, según las autoridades policiales.
En junio pasado, la Policía Nacional de Honduras destruyó siete mil armas de fuego y cinco mil municiones decomisadas en operativos contra la delincuencia y la criminalidad.
La demolición de armamento es parte de un programa financiado por Estados Unidos para evitar que caiga en manos de criminales.
