Sucesos

Matan a dos hermanos y los dejan en baúl del carro

Los cuerpos corresponden a dos hombres que yacían dentro del baúl del vehículo, abandonado en la salida de la capital hcia el norte de Honduras.
12.07.2014

TEGUCIGALPA, Honduras

Con señales de tortura, sus manos atadas hacía atrás y dentro del baúl de su vehículo fueron encontrados ayer los cadáveres de dos hermanos en el kilometro 27 de la carretera que conduce al norte, específicamente en la entrada a la aldea El Reventón.

Las víctimas respondían a los nombres de Jonathan Jesús y David Isaías Artica Zepeda, de 20 y 17 años, respectivamente.

David Artica, padre de los muchachos, relató que sus hijos salieron de su casa en la colonia Guillén de Tegucigalpa el viernes en horas del mediodía.

Afirmó que se dirigieron a la colonia Hábitat, en Amarateca, para comprar tajaditas, ya que Jonathan no tenía trabajo y para ganarse la vida revendía tajaditas frente a su casa.

A las 4:15 PM, la esposa de Jonathan lo llamó por teléfono para preguntarle si pasaría por ella al trabajo y él respondió que lo esperara que ya iba en camino.

Las autoridades sospechan que los hermanos fueron interceptados cuando pretendían salir de la peligrosa colonia, en la cual viven muchos miembros de pandillas.

Con su rostro cubierto en llanto, el acongojado padre dijo que David estudiaba el primer curso de bachillerato en computación en el Instituto Cultura Popular.

Afirmó que el vehículo blanco marca Toyota Tercel con placas PBI-4149, donde encontraron los cadáveres, pertenece a su hijo Jonathan.

El padre dijo que desde ayer en la noche reportó a la Policía la desaparición de sus hijos y a las 2:00 PM de ayer la Policía les aviso que los habían encontrado muertos dentro del carro.

Carro abandonado

Un agente que se presentó en la escena dijo que el automóvil fue abandonado en el lugar desde la noche del viernes, aproximadamente a las 8:00 PM, pero fue hasta ayer en que lo abrieron. Personal de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) usó una barra de uña para abrir una de las puertas y sacar las llaves del carro para abrir el baúl y descubrir los dos cadáveres.

Personal forense informó que los muchachos tenían señales de tortura, presentaban golpes en casi todo el cuerpo y en su boca los criminales les metieron varias bolsitas que contenían supuestas piedras de crack. Ambos murieron por asfixia por estrangulamiento.

El padre de los muchachos reveló que ellos eran sobrinos de Marco Antonio Artica, mayor del Cuerpo de Bomberos de Honduras.