Honduras

Amor patrio y cultura priman en los desfiles

FOTOGALERÍA
15.09.2018

TEGUCIGALPA

Coloridas vestimentas, interpretaciones artísticas que denotan la riqueza cultural del país y el júbilo de pequeños y grandes engalanaron ayer un nuevo cumpleaños de la Patria.

Bajo los radiantes rayos del sol y el Pabellón Nacional ondeando en el Monumento a la Paz se conmemoró el 197 aniversario de independencia con los tradicionales desfiles al igual que un espectáculo terrestre y aéreo organizado por la Policía Nacional y por las Fuerzas Armadas.

La izada de la Bandera en el cerro Juana Laínez, seguido del estruendo de los primeros siete cañonazos, dieron inicio a las festividades con las que se celebra la emancipación política cada año. Unos minutos después de las 6:00 AM, el alcalde capitalino Nasry Asfura le dio lectura al Acta de Independencia (proclamada en 1821) en las afueras de las instalaciones del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y teniendo como testigo la estatua del prócer Francisco Morazán.

“¡Viva Honduras, viva Honduras!”, exclamó Juan Orlando Hernández, presidente de la República, como parte del grito de la independencia acompañado por el titular del Poder Judicial, Rolando Argueta; Gladis Aurora López, vicepresidenta del Congreso Nacional y otros funcionarios de gobierno. Durante el discurso, el mandatario enfatizó que “respetémonos unos a otros; querámonos como hermanos y de la mano de Dios todos juntos vamos a salir adelante”.

Mientras este acto acontecía, en los alrededores se preparaban las bandas de guerra de las 76 instituciones que participaron en las fiestas patrias 2018. Palillonas y pomponeras hacían sus últimos ensayos para lucir su gracia como también dotes en el trayecto de los desfiles.

Inicio de los desfiles

Antes de que el reloj marcara las 7:00 AM, los colegios capitalinos salieron desde Plantas Tropicales hasta llegar al Estadio Nacional Tiburcio Carías Andino. En el trayecto se instalaron vallas metálicas para evitar que personas generaran algún inconveniente, empleándose el carril del Trans 450 que se construyó en parte de la zona.

De las voces al unísono del coro y banda de la Villa de los Niños se entonó el popular “Corrido a Honduras” dentro del recinto deportivo para que luego empezaran a ingresar las bandas de cada institución, mismas que tenían cinco minutos para hacer su presentación ante el estrado principal. Hernández se mantuvo de principio a fin en compañía de su esposa Ana García al igual que miembros del cuerpo diplomático. Un fuerte resguardo policial hubo a lo largo del recorrido previsto para los desfiles y al interior del recinto deportivo. Elementos de los cuerpos de socorro estuvieron a la expectativa para prevenir percances entre la multitud que acudió a esta actividad cívica.

Atracciones

A partir de las 10:00 AM, los desfiles se detuvieron temporalmente para darle paso a demostraciones de las habilidades y preparación de los miembros del comando de las Tropas de Inteligencia y Grupos de Respuesta Especial de Seguridad (TIGRES), que recibieron la ovación del público. Otros que no se quedaron atrás fueron los efectivos de la Policía Militar del Orden Público (PMOP) al recrear una operación contra integrantes de una banda criminal. Helicópteros y aeronaves de combate de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) surcaron el cielo, reapareciendo los famosos aviones F5 que generaron el asombro del público. Al mediodía se volvieron a entonar las gloriosas notas del Himno Nacional acompañadas de otros siete cañonazos.

Uno de los momentos más esperados fue el salto de precisión y caída libre de 26 paracaidistas que cayeron dentro del Estadio.

Transcurridas un poco más de dos horas, se reanudaron los desfiles con la exhibición del Instituto Central Vicente Cáceres (ICVC), pero al filo de las 2:20 PM ocurrió un incidente confuso con una bomba lacrimógena en la localidad de sol que provocó varias personas afectadas, detenidos y hasta un conato de histeria colectiva. Sin embargo, los cuerpos policiales y militares lograron controlar la situación para que todo volviera a la normalidad.

Tras una larga jornada, el Instituto Lisandro Quezada fue el que cerró la jornada, predominando el civismo y ese sentimiento patrio que embarga a los hondureños en esta festividad