Siempre

El artículo de Octavio Carvajal: Amigos del crimen

Hay policías activos y desarticulados que siguen aliados con narcos y políticos. En Casamata saben quiénes. Ojalá que a don Julián no se le vayan estos lobos

14.07.2018

TEGUCIGALPA, HONDURAS

Aquí tenemos personajes en alianza con el bajo mundo (narcotráfico, pandillas y lavado de activos) que pasan clamando a lucifer para que el combate a la criminalidad fracase y sus estadísticas no sigan bajando como está sucediendo. En sus mentes aviesas y fétidas solo existe la sed del poder. Seamos cautos con estos aleros del crimen.

Hace más de ocho años las cifras de delitos eran aterradoras. Cerca de cien muertes al mes por cada cien mil habitantes. Las alarmas estuvieron inactivas en las regencias de los íntimos Manuel Zelaya Rosales y Porfirio Lobo Sosa donde jamás aclararon nada. Mataron a tiros a Alejandro Motiño (edecán del primero) y a periodistas y nadie les brincó.

Sillones
En medio de miles de víctimas en estas dos gestiones, Zelaya Rosales nunca supo por qué mataron a Reiniery Maradiaga, esposo de su exsecretaria personal. Por su parte, “Pepe” Lobo sigue muerto de la risa por la ristra de muertos en su tétrico mando. Cayeron varios reporteros, entre ellos su amigo Alfredo Villatoro. Está calladito por la tonelada de nichos heredada.

Los olanchanos -el testigo de Los Horcones y el de La Empalizada- lo nieguen o no, fueron tiernos con bandidos de toda calaña. Locos por su gozo personal, el crimen nos sometió a su gusto por todos los rincones del país. Avionetas repletas de droga caían como lluvia, mientras uno se sentía prócer y, el otro, jamás supo que en su prole había cómplices de narcos. Tú me acostumbraste… a todas esas cosas… de Luis Miguel, para vos. Los dos están felices. Años durmiendo con los ojos abiertos ante el oleaje criminal porque ambos pasaron muy alegres en comilonas firmando “cartas” ajenas a la voluntad popular para perdonarse sus faltas. Adrede se mostraron ineptos por frenar la vorágine de asesinatos y la extorsión porque se recrearon con el sinfín de atracos estatales por los que también está harta la gente.

No cabe duda que tuvieron buenos picos para tapar o maquillar lo maloliente de sus tutelas. Para nuestra desgracia, nadie les achaca nada porque la mayoría salta a escondidas y se acobarda al tenerlos de frente. Ahí andan en política como muchos trajeados impunes.

“Fuera JOH”
Llegó Juan Orlando Hernández Alvarado bateado por una ola delictiva. Todo un engranaje policial y militar local entrenado por agentes foráneos montó tácticas para mermar las matanzas que mantuvieron insegura su gestión por más de tres años. Agite de crímenes por doquier, traslado de reos peligrosos (además de pandilleros) a prisiones más seguras y sin deleites.

Muchos idean que la popular frase “Fuera JOH” no surgió de bases políticas, sino que la copiaron de domos del bajo mundo tras el intenso ataque de su gobierno al crimen organizado compuesto por el narcotráfico, mareros y contra lavadores de dinero de todos los colores políticos incluyendo de su propio partido donde también pulula el pus.

El problema es que por naturaleza el hondureño es ingrato y casi nunca resalta las cosas buenas de ningún mandatario tal vez por razones de tripa, frustraciones o por la marcada cultura de la duda de la que son responsables líderes de la “clase política”. Décadas de impunidad porque los de arriba son íntimos de criminales.

Trump
La población intuye que poco o nada se ha hecho en la lucha contra la delincuencia, que las pandillas tienen sitiadas colonias enteras y la extorsión no se ha reducido como plantean cercanos y asesores del lempireño. No obstante, personeros del presidente Donald Trump validan que las cifras delictivas están bajando.

En medio de matanzas esporádicas por pleito de drogas o crímenes contra inocentes, Migdonia Ayestas, directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH) admitió que la jefatura de JOH mermó las muertes fatales en un doce por ciento en el primer semestre de 2018 en relación al de 2017.

Ayestas prevé que de seguir la tenaz lucha contra la criminalidad común y organizada los homicidios podrían bajar a 40 al mes por cada cien mil habitantes. Ojalá JOH también anule la corrupción y refunda en El Pozo a los delincuentes de traje. Ojalá.