Tegucigalpa, Honduras
Salió en busca de su hijo, sin darse cuenta que lo habían asesinado, pero lo que encontró también fue la muerte.
Esto le ocurrió a Gloria Argentina Banegas Mejía, de 47 años de edad, quien la mañana de ayer salió en busca de su hijo Wilmer René Obando Banegas, de 28 años de edad, que había desaparecido de su casa la noche del jueves, pero no se daba cuenta que lo habían asesinado.
Personas desconocidas le dispararon a Wilmer René en siete oportunidades cuando caminaba por una de las calles del Divino Paraíso y gravemente herido fue trasladado a la sala de emergencias del Hospital Escuela Universitario (HEU) donde minutos después expiró.
Los familiares del fallecido no se daban cuenta de lo que había ocurrido por lo que los familiares, entre ellos su madre Gloria Argentina y sus hijas, decidieron ir a buscarlo.
Al salir de la casa, personas no identificadas estaban esperando a las mujeres y cerca del portón de la vivienda, uno de los maleantes le hizo un disparo en la cabeza.
Debido a la gravedad de la herida y con el afán de salvarle la vida, de inmediato fue trasladada a la clínica médica ubicada en la estación del Cuerpo de Bomberos de la colonia El Carrizal donde minutos después falleció.
Reconocimientos
Personal de Medicina Forense, Dirección Policial de Investigaciones (DPI) y Ministerio Público se trasladaron al Hospital Escuela Universitario (HEU) a reconocer y hacer el levantamiento del cadáver de Wilmer René Obando Banegas para luego ingresarlo a la morgue donde se le practicó la autopsia.
Minutos más tarde se realizó el mismo procedimiento con el cadáver de doña Gloria Argentina Banegas Mejía.
El cuerpo de doña Gloria, como la conocían en su colonia, quedó en el interior de un turismo color rojo, pues no fue posible ingresarla a la clínica del Cuerpo de Bomberos.
Ocupación
Los familiares comentaron que Wilmer René se dedicaba a vender agua en las cisternas que distribuyen el vital líquido en las colonias ubicadas partes altas de Comayagüela y desconocen las causas por las que le quitaron la vida de siete disparos.
Mientras que de doña Gloria Argentina dijeron que era una persona muy especial y no tenía problemas con nadie y que por el contrario era muy querida en la comunidad. Los dos cuerpos fueron retirados por sus familiares y trasladados hasta Langue, Valle, de donde eran originarios.
