Tic Tac

En Tic Tac Diego Martín Vazquez: Me encanta el vino porque con él usás los cinco sentidos

23.03.2018

Tegucigalpa, Honduras
Diego Martín Vazquez
es un personaje reconocido en nuestra sociedad, aunque muy pocos saben que el exportero argentino, además de ser entrenador, ama la lectura y disfruta el buen vino.

La Barbie desde que pisó tierras hondureñas a finales de los noventa se enamoró y se quedó.

¿Qué recuerdos de tu infancia tenés, Diego?

Fue una infancia de barrio, muchos amigos, mucha calle. Mis cómplices eran los vecinos, ya no los frecuento. En la primaria jugaba balonmano, siempre de arquero.

El arquitecto que construyó mi barrio también construyó el estadio Monumental.

¿Contame una travesura que hiciste de niño?

Una vez nos iban a vacunar y nos perdimos todo el día para que no nos inyectaran, hasta nos fueron a buscar con la Policía. Estábamos escondidos con mi amigo.

¿Porqué sos River?

Porque ahí jugué de pibe. Yo le iba a San Martín de Mendoza, que es el equipo de mi ciudad, aunque soy más reconocido en la contra, que es Independiente.

¿Tu apodo de pibe?

Mister Magoo, lo heredé de mi hermano.

¿Fuiste a alentar al River Plate?

Cuando estaba en las inferiores iba a ver todos los partidos.

¿Nunca te corretearon los hinchas de Boca?

Una vez venía de ver a Boca contra San Lorenzo y en el colectivo se subieron unos barras bravas que robaron varias cosas. A mí me llevaron el suéter. Yo andaba en la billetera mi carné de River y si me lo veían me matan.

¿La clase que menos te gustaba en la secundaria?

Historia y matemáticas. El problema era que tenía profesores aburridos o alguien que no te la daba bien.

¿A qué edad perdiste la virginidad?

No me acuerdo, quizá a los 14 años.

¿Seguís visitando a Santos Díaz (el curandero)?

No, fui la última vez y no estaba. Lo hice en su momento, pero no iba solo yo. Iba con otros compañeros de Motagua. Era algo del momento, no es por superstición.

¿El fútbol te empezó a gustar a qué edad?

En el mundial de 1978 me despertaba a ver los goles de Kempes. Me lo inculcó mi hermano que jugó en las inferiores de San Martín. Mi hermano ponía a mi hermana a que me hiciera los penales con pelotas de media.

¿Qué mundial recordás más que otros?

Tengo un recuerdo particular del gol de Maradona por haberlo vivido con mi abuelo y con mi vieja (QEPD). Además del gol a los ingleses, que es el más lindo del mundo.

¿A qué portero admirabas de chico?

Hugo Gatti, Ángel Comizzo y Norberto Scoponi.

¿Ya usabas pelo largo?

A los 18 me lo dejé crecer, después me lo corté y posteriormente estuve 15 años sin cortármelo.

¿Te ponías tratamiento en el cabello?

Lo normal. Algunos decían que Roy Posas era el que me peinaba antes de los partidos.

¿En los 90 las mujeres iban al estadio solo por verte?

No sabía eso, supongo que sí.

¿Te llovían las mujeres en Honduras?

No llovían, siempre había que trabajar.

¿Cuando llegaste a Honduras, qué pensaste?

Veía todo lindo... Tuvimos una gira a Olancho y recuerdo ver a Nínrod bañándose con un tarrito. Había aficionados con sombreros, con pistola y machete en la cintura. La vegetación de Centroamérica es diferente a la de Argentina. La comida me impactó. Me costó el clima.

¿Cambió mucho Honduras desde que llegaste?

Mucho... cuando yo llegué no había malls, solo estaban Los Castaños y Plaza Miraflores. Antes tenía que comunicarme por carta con Mendoza.

¿Alguna propuesta indecente de una chica?

No, ninguna, pero una chica una vez me regaló un diario con 365 notas. Me escribió una por día. Yo le regalé mi camisa. Fue en el 2000.

¿Te gusta mucho el vino?

Me encanta, porque cuando lo probás usas los cinco sentidos. Lo tomo una vez por semana. Mi papá tomaba una copa con la comida. él plantaba uvas en la casa.

¿Cómo inició el proyecto de poner tu propia marca de vinos?

Yo sabía que el fútbol no era para siempre y por eso inicié con mi marca llamada Finca Don Vazquez.

¿Quiénes son tus mejores amigos?

Yanuario Paz, Rodrigo Soto, Francisco Herrera y Alexeiev Morales.

¿Una frase que no te falta en una charla hacia tus jugadores?

No consolidemos el privilegio de estar en Motagua.

¿Sos el técnico más exitoso de Motagua?

No, siempre quiero más y mejorar, quiero seguir creciendo.

¿Te molesta que te comparen con Primitivo?

Yo compito conmigo mismo. Cada uno en su época.

¿Te hace llorar el fútbol?

Sí, pero de alegría. Nunca he llorado por perder.

Si quisieras hablar de fútbol, ¿con quién sería?

Con Menotti, le preguntaría de todo.

¿Te echaron de algún equipo?

Sí, y me intercambiaron. Motagua me cambió por Henry Enamorado. Primitivo me trajo, pero me mandó a otro equipo. El juez supremo del rendimiento es el padre tiempo, lo dijo Fergusson.

¿Te quedaste con ganas de ser arquero de la H?

Sí, en la época de Bora. Con él estuve una vez jugando ajedrez, es un capo. Me ganó en tres minutos, pero me di el lujo de jugar con Bora Milutinovic.

¿Católico o evangélico?

Soy un espíritu curioso, me gusta lo espiritual.