Honduras

Parejas enfrentan extorsiones y demandas por alquilar vientres

Una pareja de esposos, con más de 30 años de relación, enfrentan un proceso legal en el juzgado de familia de San Pedro Sula por haber utilizado la llamada gestación subrogada

FOTOGALERÍA
14.03.2018

Tegucigalpa, Honduras
La esperanza y alegría de convertirse en padre se transformó en una pesadilla.

El deseo de tener hijos llevó a un hombre a alquilar el vientre de una joven, pero ahora él enfrenta una demanda de paternidad y solo en ocasiones puede ver a su hijo.

Así es el caso de una pareja que usó la inseminación artificial y ahora enfrenta problemas legales y en su hogar.

El matrimonio tiene tres hijos de los cuales dos fueron fecundados bajo el método de inseminación artificial. La tercera es una niña de la que se hicieron cargo debido a que fue abandonada por sus padres.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO conoció del caso de esta pareja a través del Juzgado de Familia de San Pedro Sula.

Por razones de seguridad y legales, se omite el nombre de las personas implicadas en este embrollo legal que tiene su raíz en el alquiler de un vientre.

Pagar por el servicio de un embarazo subrogado no fue problema para la pareja que no pudo tener hijos biológicos. Son personas solventes y decidieron usar esta técnica de reproducción asistida.

Los métodos que se utilizan son la fecundación in vitro, que se hace en un laboratorio, y la inseminación artificial, que se hace en algunas clínicas privadas.

Las leyes hondureñas no contemplan ni penalizan el alquiler de vientres. Es por ello que hace unas semanas se introdujo un proyecto de ley en el Congreso Nacional (CN) para aprobar la Ley Reguladora del Derecho a la Gestación por Subrogación, más conocida como vientres de alquiler.

La iniciativa aún no ha sido dictaminada por la comisión legislativa a la que fue turnada.

Lea además: Alquilar un vientre de alquiler, tan fácil como ir al supermercado

Primer hijo
Hace 10 años el matrimonio se hizo cargo de una niña que fue abandonada por su madre y su padre, ellos la han criado y educado.

El padre biológico de la menor se dio cuenta que esa familia se hizo cargo de la pequeña. Hace unos meses, el padre biológico de la niña contactó a la pareja y solicitó que le permitan verla en ocasiones. Ante esta situación, la pareja aceptó para no enfrentar problemas legales.

También tuvieron que confesarle a la pequeña que no son sus verdaderos padres. Esa situación ha creado un conflicto familiar porque el padre de la niña quiere permanecer en frecuente contacto con ella.

Segundo hijo
Seis años después, la pareja quiso tener un hijo y optó por contactar a una joven que estuviera dispuesta a tener un bebé y entregárselos a cambio de dinero. Luego de contactar a la joven para que les alquilara el vientre buscaron una clínica privada para realizar el proceso de inseminación.

La mujer que les alquiló el vientre les vendió al bebé por 230,000 lempiras. El bebé se fecundó con sus óvulos, por lo tanto ella es la madre biológica del niño.

El niño también es hijo biológico del hombre porque puso sus espermatozoides.

Lea además: ¿Cómo es el proceso de alquilar un vientre?

Trato roto
El bebé nació y vive con la pareja, pero ahora las cosas se han complicado.

Además de la cantidad de dinero que la mujer le pidió a la pareja por entregarles al bebé, en la actualidad ella les sigue exigiendo dinero a cambio de su silencio y no demandarlos.

Para evitar problemas legales, la pareja acepta los chantajes de la mujer y le siguen dando cantidades de dinero. Esa situación, sumada a la de la niña, ha agravado los problemas de la pareja.

Tercer hijo
Pese a las malas experiencias obtenidas, la pareja se arriesgó de nuevo y quiso tener otro bebé por esa misma vía.

Contactaron a otra mujer para que les alquilara su vientre y luego les entregara al bebé. Así fue, luego de llegar a un acuerdo con ella hicieron de nuevo el proceso de inseminación artificial en una clínica privada.

El señor puso sus espermatozoides y la joven su óvulo y su vientre. Cuando llegó el día que la joven dio a luz al bebé, ella se retractó y no les entregó al niño, pero sí se quedó con el dinero de la remuneración que le dieron.

Como no había ningún contrato firmado por escrito, la pareja no pudo reclamar.

EL HERALDO constató que la mujer que alquiló su vientre decidió interponer una demanda de paternidad y alimentación en el juzgado de Familia de San Pedro Sula.

La ley la favoreció porque el bebé lleva los genes del señor que pagó por el servicio de inseminación artificial.

Ahora el padre del niño solo puede verlo ocasionalmente y le da a la mujer una pensión de manutención. Un matrimonio de más de 30 años que no podía tener hijos tomó la decisión de alquilar vientres para ser padres y ahora están al borde del precipicio.

La pareja está en proceso de divorcio y el futuro de los niños es incierto.