Siempre

Aventura blanca en la sierra Nevada

Recorrimos dos de los más emblemáticos parques de nieve de España, Navacerrada en Madrid y Sierra Nevada en Granada, punto de encuentro para deportistas y familias

FOTOGALERÍA
17.02.2018

Madrid, España
Un manto blanco reposa dócil sobre la espigada montaña. Cientos de niños, jóvenes y adultos suben a su punto más alto para luego descender a través de la firme pendiente. En España, la nieve también trae aventura. Así que visitamos dos de sus emblemáticos parques nevados.

La primera parada fue en el puerto de Navacerrada, una concurrida estación de esquí ubicada en la Sierra de Guadarrama, en las afueras de Madrid. Como paso entre dos montes, Navacerrada es un accidente geográfico convertido en regalo para los amantes de los deportes en nieve.

A medida que subimos a nuestro destino, la nieve va vistiendo de blanco la montaña. Primero deja unos huecos verdosos a los pies de los árboles y se combina con el brillo de sus hojas, pero al final de la ruta, a 1,858 metros sobre el nivel del mar (msnm), el follaje se esconde tras una capa blanquecina.

¿Es la primera vez? Pues no les recomiendo esquiar, es mejor la tabla de snowboard para que no duelan tanto las caídas”, nos recomienda, muy segura, la instructora de una de las escuelas de esquí en los bajos del cerro.

Nos calzamos unas pesadas botas y encasquetamos la protección para la cabeza. Tabla en mano, pasamos a las telesillas que nos llevarán a una de las tres pistas de la zona baja de la estación, para los iniciados. La parte alta tiene ocho rutas, pero son de mayor dificultad. Imposible para novatos.

Pese al frío, aquí se encuentran unas
60 especies de plantas endémicas.
Algunos picos de las montañas
sobrepasan los 3,000 metros.


Hemos llegado a la cima. Con los pies ahora firmes a la tabla, el suelo nevado se hunde a nuestros ojos, atravesado por frondosos árboles y el zigzag de habilidosos esquiadores y osados aprendices.

No sabemos cómo bajar la pendiente, pero la fe de Dani, nuestro instructor, es más grande que la nuestra, y en un chasqueo de dedos nos ha puesto a deslizarnos por la intratable nieve, pero la gravedad hace que más rápido lleguen las caídas.

Cada final solo es un nuevo comienzo: terminado el recorrido, nos esperan las telesillas para regresar a la cima y descender de nuevo. “Primero me trajeron a practicar esquí, pero a la semana tomé la tabla (de snowboard) y de ahí nunca la solté”, nos comenta durante el ascenso por los cables Dani, quien ya lleva 15 años amando la tablanieve.

Alcanzamos una altura privilegiada que coloca nuestros ojos en perspectiva con los montes bañados de copos, alumbrados con un radiante sol -extraño para la época- y en un ángulo picado miramos algunos deportistas que hacen intrépidas rotaciones, novatos tratando de domar el terreno y niños jugando en el snowpark.

La nieve es para todos, para la familia. Una costumbre en España es la semana blanca, un período en el cual las escuelas llevan de excursión a los niños a los cerros nevados, donde les espera esquí, snowboard, travesía y campamento, comenta el instructor, para recalcar que es el momento cuando muchos descubren la pasión por los deportes de invierno.

La majestuosidad de la sierra
Navacerrada solo es la preparación para el siguiente lugar. Hay que encumbrarnos al punto más alto de Granada, al sur de España. Estamos en Sierra Nevada, donde la nieve es vida.

Más compleja y grande, la estación de esquí se prolonga a lo largo de casi 100 pistas, que puestas en cadena se traducen en 107 kilómetros lineales, según datos proporcionados por sus autoridades.

Casi desde que se vislumbran los picos montañosos de blanco rocío, al aproximarse a Granada, se siente que es un llamado para los amantes de los deportes de invierno, pero Sierra Nevada ofrece diversión al por mayor.

Se disponen también de rutas para paseos en trineo, espacios infantiles y el parque Mirno Blanco, un rincón de toboganes, deslizadores y bici-esquí.

Sierra Nevada se encuentra dentro de un
espacio protegido aún mayor, el Parque
Natural de Sierra Nevada. Con 780,702
visitantes anualmente, es el sexto parque
nacional de España en número de visitantes.



El día de nuestro visita no nos favoreció. La temperatura descendió a -3 grados y las pistas fueron cerradas a las pocas horas de su apertura para los turistas debido a las condiciones del clima.

La nieve empezó a caer con intensidad y los vientos soplaban con mayor fuerza, mientras que el frío se escurría entre los guantes para llegar hasta nuestros huesos.

Antes de irnos, quedamos en el centro de la plaza. Y el día, después de arrebatarnos la diversión, al menos, nos regaló la acogedora estampa de los niños liberando carcajadas en un pequeño montículo de nieve, con el pueblo de Sierra Nevada a sus espaldas y los copos danzando a su alrededor.