Siempre

El artículo de Octavio Carvajal: Telegrama para intocables

Verdad “Lo que nos parece imperdonable es que no se captura a sus dueños o a sus testaferros en la mayoría de acciones contra el mundo narco y el lavado de activos”

08.10.2017

Tegucigalpa, Honduras
Lo que hemos venido afirmando por meses está cumpliéndose con los últimos decomisos de lujosas propiedades y empresas mercantiles relacionadas específicamente con el cartel de Los Cachiros donde ya saltan nombres de personajes de la política, algunos de ellos amigos de periodistas “prestigiosos”, meros traficantes de dinero y de influencias.

Podemos interpretar, entonces, que la reciente Operación Fortuna por parte del Ministerio Público, abrazada con agentes de la DEA, no fue más que otro telegrama para intocables hombres sentados en butacas de mucho poder quienes han guiado a su antojo sacos cargados de dólares producto de la narcoactividad por diversos caminos patrios.

Lógicamente esta maniobra no es la primera. Son incontables las requisas de pomposos peculios. Autos, haciendas, ganado, caballos de pura sangre, animales exóticos. La más fresca, lejos de verse como una tormenta, será un implacable tormento para varios “héroes”. Nuevas acciones judiciales del norte borrarán del mapa delictivo a unos trajeados.

Lo que nos parece imperdonable -si lo podemos calificar de esta manera- es que no se captura a sus dueños o a sus testaferros en la mayoría de acciones contra el mundo narco y el lavado de activos. Unos cuantos gatos han caído y poco o nada conocemos de caperucitas rimbombantes al momento de darse los embargos. Cuentos.

Empero, en la Operación Tormenta ya sonó el nombre de un ilustre diputado liberal pariente y presunto socio de Los Cachiros. Casi 150 bienes de todo tipo fueron retenidos por la Fiscalía contra el Crimen Organizado. Este congresista va por su tercer periodo. Hace unos días lideró un gran mitin con el candidato presidencial de su partido. ¿Te acuerdas, Luis?

Lobos
Todo mundo se quedó -como dijo aquel de Olancho- calladito. Nadie ha dicho ni pío tras relacionarse oficialmente al parlamentario con el cartel liderado por Devis Leonel Rivera Maradiaga, preso y confeso por narcotráfico en Estados Unidos por orden de la jueza Lorna Schofield. El político es íntimo de un periodista que habla y calla por mil razones.

Como dice el pintor graciano César Rendón: “Honduras es una cuartería; aquí todos nos conocemos”. La Fiscalía mató al tigre y le tuvo miedo al cuero. Hasta ahora aún no hay, o al menos no es oficial, ninguna orden de arresto contra los señalados en los últimos decomisos de infinidad de propiedades producto del trasiego de drogas.

Nadie del Ministerio Público suelta prenda ni la prensa ausculta con sus jefes si le caerán o no a políticos manchados por la droga y la colada de dinero o si los acusarán, si están en lista de extradición o se harán los locos con buena ristra de poderosos que clareaban con los ojos cruzados y la barriga de fuera por el polvo.

Creador
Intentan verse pendejos pero ahí están las fotos y videos en la mesa de la jueza Schofield. Salen abrazados, con los ojos brotados en grandes jolgorios con capos catrachos que se rindieron ante el imperio. Sus aleros optaron por entregarse, cantar sus negocios previendo de que ustedes -a su modo malsano- les rezarán “el padre nuestro” en tumbas ocultas.

Los narcos perdieron casi todos sus peculios pero salvaron sus vidas para refundir a sus traidores de traje. Son los mismos que hablan de “injusticia” al verse delatados como delincuentes, jefes del bajo mundo, lavadores de dólares sucios. Parecen limpios pero tienen pasos de muerte.

Valor tienen de cacarear honor si son de cloaca. Señalar con nombre y apellido a cada uno de los capos de corbata no nos compete. Las letras hieren a unos y deleitan a otros. Tampoco es de lanzar dardos por tirrias o corazones rotos. El bandolero tarde o temprano cae en cualquier parte del mundo. No creemos a estas alturas que pinches mortales ignoren al Altísimo, del ajuste de cuentas.

La mayoría de la población ignora que ciertos insignes de Los Cachiros -aunque estén aquí- ya contrataron firmas de abogados en Estados Unidos para, según ellos, atrasar su extradición. Aullarán como lobos(as). Apenas inicia el llorar y crujir de dientes. Clamarán a Dios pero ya es demasiado tarde. ¿Cuál billete de a tres?