Tegucigalpa, Honduras
Muchos, al ver por primera vez las obras de arte que realiza Martha Rosales en conjunto con su esposo Héctor Guzmán, se vuelven incrédulos.
A primera vista, las hermosas representaciones parecieran pinturas, pero al observar con mayor detalle se descubre una interesante fusión.
La técnica del bordado y la pintura se conjugan para dar como resultado el innovador trabajo de esta pareja de artistas.
Han pasado ya 25 años desde que este matrimonio se unió no solo para compartir su vida, sino para hilvanar su talento con el colorido de la inspiración.
¿Qué hacen?
Martha es una emprendedora, quien desde los ocho años aprendió de la mano de su hermana mayor a bordar.
Ella encontró en este arte una forma de vida, ya que se dedica a brindar clases a personas que quieren incursionar en esta práctica.
“Siento que este es un arte que no ha sido impulsado, que falta educar a las personas para que puedan practicarlo”, expresó la creativa.
Una forma de ofrecer terapia ocupacional a personas jubiladas o en edad adulta es otra de las motivaciones que empujan a ofrecer clases a la artista.
“Le doy clases a un grupo de mujeres, los talleres son personalizados y es muy satisfactorio cómo ellas logran finalizar su trabajo”, manifestó Martha.
Religión y cultura
Entre risas recuerda cómo algunas de las alumnas que ha tenido han compartido con ella momentos de frustración y desesperación al sentirse estancadas en alguna puntada.
“Mi deber es guiarlas y formarlas en el arte, por eso me siento parte de cada obra, porque yo estuve allí para orientarlas”, comentó.
Algunos de los cuadros realizados por este matrimonio ahora se encuentran en Estados Unidos o en países centroamericanos.
Representaciones de “La última cena”, La Divina Misericordia, la Virgen de Suyapa o de Guadalupe, la Sagrada Familia y el Perpetuo Socorro son algunas de las imágenes que fueron intervenidas por la aguja y el pincel.
Pero en el corazón de esta pareja late el ideal de iniciar con el proyecto de bordar sobre representaciones de mujeres lencas.
“Es parte de nuestra cultura, debemos dar a conocer nuestro país por medio de nuestro talento”, compartió don Héctor.
En la actualidad, este dúo de artistas busca trasladar su conocimiento a jóvenes o personas que nunca han tomado una aguja con el fin de que puedan desarrollar destrezas.
Además están pensando en viajar para buscar hilos de distintos colores, texturas y accesorios como plumas y piedras que permitan darle más impacto a sus obras.
