Honduras

Ricardo Espinoza, el funcionario que prefiere viajar en bus

El presidente de la Comisión Reguladora de Energía Eléctrica toma tres buses para llegar a su trabajo. Afirma que al viajar en una Prado perdería el contacto con la gente. Estudió becado y afirma que no tiene contactos políticos

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11.02.2017

Tegucigalpa, Honduras
En el ínterin de una entrevista sobre las regulaciones del sistema eléctrico y la despedida con el funcionario, el equipo periodístico de EL HERALDO se da cuenta que está frente a un gran ejemplo de humildad y superación.

Prefiere caminar dos kilómetros y utilizar tres buses para trasladarse desde su casa hasta la oficina en vez de hacerlo en una camioneta de lujo, como lo hacen todos aquellos que tienen un cargo importante en el país.

Tampoco tiene una fortuna acumulada y su oficina son cuatro paredes sin acabados, sin cortinas de seda ni obras pintadas. Solo hay cuatro sillas negras y dos mesas blancas de plástico, de esas plegables que se alquilan usualmente para los eventos.

Se califica como un hombre temeroso de Dios, dedicado a su familia, amante del campo y admirador del papa Francisco. Así es el presidente de la Comisión Reguladora de Energía Eléctrica (CREE), Ricardo Espinoza.

El recorrido

Para conocer más sobre él y su filosofía de vida se concertó una cita para relatar su día a día en un recorrido.

Vestido con un pantalón negro, una chumpa beige que cubre su corbata y camisa, ambas de color verde, lleva el saco que hace juego con el traje en su brazo izquierdo y su maletín en el otro, así aguarda por el equipo periodístico en la esquina de una polvorienta calle.

Esto es en una aldea de Valle de Ángeles, Francisco Morazán.

Al llegar al punto de encuentro, el presidente de la Comisión Reguladora de Energía hace despliegue de los modales impecablemente corteses que le ha hecho ganarse la simpatía y el respeto de sus allegados, así como de los altos funcionarios y ejecutivos con los que a menudo se reúne.

Camina hasta el bus, lo que considera ejercicio provechoso para su salud (Foto: El Heraldo Honduras/ Noticias de Honduras)

Camina hasta dos kilómetros y toma tres buses para llegar a su trabajo.

Lo que nadie que no lo conozca se imagina es que desde los primeros rayos del sol se prepara, camina entre 10 y 15 minutos para llegar a la vía principal del pueblo y tomar el autobús que lo lleva hasta Tegucigalpa.

Tras abordar ese primer transporte, el reportero gráfico captó los momentos en que Espinoza tiene tiempo para dialogar con otros pasajeros, revisar sus notificaciones y correos en su teléfono móvil.

También echa una mirada a su agenda, ya que no tiene asistente que le recuerde las múltiples reuniones que tiene todos los días, pues está a cargo de regular el subsector eléctrico de Honduras y de exigir resultados a la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE).

Tras subir y bajar de los tres buses, llega a su oficina y cuenta a EL HERALDO por qué decidió vivir de forma austera a pesar de haber llegado a tener ese puesto. Al finalizar su jornada laboral hace el mismo recorrido de regreso a su hogar. En ocasiones el último autobús ya se ha ido y son sus amigos los que lo auxilian.

Esta rutina la realiza desde el año pasado, cuando fue nombrado presidente de la CREE, ya que anteriormente tenía a su familia en Copán y viajaba cada tres semanas o un mes, mientras alquilaba casa en la capital.

Sus razones

Su salario se puede considerar alto, pero eso “no es un premio”, dice él. Participaron 57 profesionales para el puesto. Y él fue electo entre los 6 que le presentaron al presidente.

“Yo propuse que el salario fuera menor, pero al final en un pleno de comisionados y se decidió otro”, comentó. Manifestó que “el dinero hoy se tiene y mañana no. Nadie debe enamorarse del salario ni del puesto”, al tiempo de explicar que su nombramiento es por tres años como comisionado (2015-2018) y un año como presidente, en este último estará hasta junio próximo.

Al consultarle por qué no compra un carro, explicó que una de sus principales razones es “no perder el contacto con la realidad del país, porque cuando estamos en la oficina y en una Prado (camioneta) blindada uno está feliz en un mundo diferente”.

Es más, dice que si tuviera la oportunidad de tener una Prado no lo haría. “Sé lo que es dormir en el suelo y pasar hambre, por lo que andar en bus y tener contacto con la gente no me afecta, al contrario, me fortalece”, expresó.

Piensa que es mejor invertir en tecnología para hacer el trabajo que en la oficina (Foto: El Heraldo Honduras/ Noticias de Honduras)

Para asumir su cargo tuvo que competir con 57 profesionales más.

Resumió que se basa en la frase que más le gusta del papa Francisco, que dice: “Cuando vayas subiendo, saluda a todos. Son los mismos que vas a encontrar cuando vayas bajando”. Otra razón por la que no anda en carro es porque invierte la mayor parte de su dinero en darle educación bilingüe a cinco de sus seis hijos.

También paga varias hipotecas de casa y apoya a su familia, dijo el funcionario oriundo de Puerto Cortés.

Al preguntarle si hace obras de caridad, solo dijo “que la mano derecha nunca sepa lo que hace la izquierda”.

Cuenta que compró un carro año 2000 de segunda mientras trabajaba y estudiaba en Guatemala. Lo trajo, pero no pudo regularizarlo y lo puso a la venta, pero aún no concreta un trato.

Espera venderlo y con lo que ahorra mensualmente poder comprar uno, pero que sea de segunda y de bajo costo.

El motivo por el cual lo haría es por su familia, ya que para salir quita alguno prestado a sus amigos. También dice que resulta incómodo para su esposa llevar las compras del supermercado en el bus. “Jamás usaría un carro asignado con presupuesto del Estado para llevarlo a mi casa. Lo haría para trabajar”, afirmó el ingeniero de 53 años. “No tengo contactos políticos, mi compromiso es con el país”, dice.

Sus sueños

Decidió su futuro académico a sus ocho años, un día mientras miraba la serie de televisión “Viaje a las estrellas”. Su meta era ser astronauta y para ello debía estudiar mucho sobre matemáticas, física y llegar a la NASA (Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos). Ese sueño se fue postergando debido a sus responsabilidades, que cada vez eran mayores.

Con sacrificios, sus padres le dieron la primaria y para estudiar su secundaria logró una beca en el Instituto Técnico Luis Bográn de Comayagüela. Vivió solo en la ciudad y se graduó de técnico en electricidad.

Luego comenzó a trabajar y a la vez estudiaba Ingeniería en Electricidad en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). “Solo estudiar no era una opción viable para mí”, dice. Posteriormente aplicó a una beca en México, donde sacó un Máster en Control y Automatización.

También cursó en Guatemala la Maestría en Energía Renovable. Allí obtuvo el reconocimiento magna cum laude por su excelente desempeño y fue el encargado del discurso de graduación.

Este experto en energía espera cursar un doctorado y quizá algún día la vida le conceda llegar a la NASA. Mientras tanto sigue su viaje en el bus, sin bajarse hasta llegar a su destino.

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