El artista hondureño de las cuerdas y la madera

Tegucigalpa, Honduras
A la 1:00 de la tarde, bajo un eclipse de sol, nos recibió en su casa don Jesús Medrano, un elaborador de instrumentos musicales de cuerda.

Tiene 75 años y aprendió a hacer instrumentos cuando tenía 18 años, su hermano mayor le enseñó a elaborarlos.

Desde ese entonces comenzó su pasión por los instrumentos y se ha dedicado al oficio de elaborar diferentes tipos de guitarras, requintos, violines, mandolinas, charangos, arpas y contrabajos, entre otros, que los clientes le encarguen.

“Me inspiré viendo por medio de mi hermano, me gustaba verlo trabajar, empecé por una pequeña (guitarra), pero solo armada y lijada, ya en otro taller las barnizaban, yo después aprendí a darles su mano de pintura”, dice don Medrano.

Con su oficio de hacer y reparar instrumentos musicales de cuerda logró sacar adelante a sus cinco hijos, les dio la educación y pudo sostenerlos.

Actualmente vive solo con su esposa María Meneses de 72 años, quien desde hace años se ha dedicado al oficio de modista, pero actualmente padece de diabetes y ya no labora.

Medrano asiste mensualmente al Hospital Escuela Universitario (HEU) a traer las medicinas de su esposa, pero asegura que cuando no las encuentra, tiene que comprarlas y en su mayoría son caras.

Por la razón anterior, el señor trabaja a diario haciendo instrumentos para lograr venderlos en tiendas, en el mercado o a clientes particulares que llegan a su casa y les piden un instrumento con un diseño especial.

Don Medrano aprendió a desarrollar más estilos de diseños viendo revistas, en televisión y en periódicos.

Es muy detallista y cuidadoso en cada trabajo que realiza y pone todo sus esfuerzo y dedicación para dejar al cliente complacido.

+Mira más fotos de las hermosas obras de don Medrano

Diseños especiales
El artista de las cuerdas y la madera realiza diferentes diseños en cada trabajo.

En cuanto a las guitarras, elabora pequeñas para niños, acústicas y electroacústicas, las cuales vende a precios muy cómodos que pueden variar de 1,500 a 2,500 lempiras, según las característica del instrumento.

Mientras que el requinto, que es un instrumento muy similar a la guitarra, pero más pequeño, se utiliza para dar acompañamiento musical en los coros, los vende a 2,000 lempiras.

Las mandolinas tienen una característica muy especial, él ha realizado estos instrumentos con caparazón de cusuco, lo que le da un toque muy especial y autóctono.

Ahhhh, pero aclara que ha podido realizar esos instrumentos especiales porque algunas personas le han regalado los caparazones del animal.

Pocas ganancias
A pesar de todo el esfuerzo y dedicación que hace, no siempre le va bien, hay personas que le han encargado instrumentos y no llegan a reclamarlos.

Al mes don Jesús invierte alrededor de 1,500 lempiras en materiales y le queda muy poco dinero de ganancia, ya que en ocasiones solo vende una guitarra.

Sin embargo, él no pierde la alegría que le causa elaborar cada instrumento.

El señor empieza a trabajar en su humilde taller desde las 8:00 de la mañana y solo se detiene para comer y finaliza su labor a las 5:00 de la tarde. No obstante, si le encargan muchos trabajos se queda hasta altas horas de la noche.

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Dedicación
Al mes realiza de tres a cinco instrumentos, por el trabajo que requiere cada uno de ellos para dejarlos muy bien acabados.

En su pequeño taller tiene las herramientas necesarias para darle vida a los diferentes instrumentos que realiza.

A pesar de que las condiciones del taller del señor Medrano no son las mejores para trabajar, porque el espacio es muy reducido, no tiene mucha luz y ahí mismo tiene que almacenar los materiales, él es muy feliz y le encanta su trabajo.

A su vez comentó que desearía que el gobierno lo apoyara para que le reconstruyeran el taller para trabajar mejor. En el taller se puede observar guitarras colgando que acaba de elaborar y otras que tiene a media elaboración, su mesa de trabajo, las pinturas que utiliza, las herramientas y un banco en el que descansa unos minutos, cuando pasa muchas horas de pie.

Al entrar a su área de trabajo, el equipo de El HERALDO observó unas espadas y un adorno religioso en honor a San Miguel Arcángel, el santo patrono de Tegucigalpa.

Aparte de los instrumentos, el señor comentó que también puede hacer figuras de madera, elaborar puertas, adornos, entre otros.

“Cada trabajo que realizo lo hago con mucho amor y mis clientes lo sienten cuando lo compran”, afirmó.

Una desilusión que tuvo el señor fue que ninguno de sus hijos quisieron ni se interesaron por aprender su oficio.

“A mi edad yo nunca me he avergonzado de mi trabajo, porque es honesto y me habría gustado que alguno de mis hijos sacara mi misma pasión por los instrumentos”.