Honduras

zozobra en el golfo

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25.05.2014

Amapala, Valle. Sus calmadas y brillosas aguas que simulan un espejo reflejan zozobra, temor e incertidumbre.

Las olas parecen arrullar todavía el luto que envuelve a decenas de pescadores que aún guardan en sus mentes el desigual ataque armado por parte de elementos de la Naval de El Salvador, en el que el pasado 16 de mayo Luis Antonio Requeno Ramos, de 18 años de edad, perdió la vida.

El joven se conducía junto a otros pescadores cuando la pequeña embarcación en la que él iba fue embestida por una lancha tipo “piraña” de la fuerza armada de aquel país. En el incidente también resultó herido Juan Carlos Elvir Carbajal, de 26 años de edad, quien sufrió lesiones en la pelvis, mismas la que lo mantienen postrado a la espera de que en el hospital de San Lorenzo se le practique una cirugía para poder continuar con sus labores de pesca.

Preocupación

Alex Hernández, de 30 años, es uno de los pescadores a quien la incertidumbre lo ha albergado debido a lo ocurrido en el Golfo de Fonseca.

“Tengo 19 años de ser pescador y a raíz de lo que pasó nos sentimos muy tristes, pensando que en cualquier momento le puede pasar lo mismo a cualquiera de nosotros”, aseguró Hernández, quien sostiene a su familia gracias a los peces que recoge del brillante mar.

“Lo que estamos solicitando nosotros como pescadores es que las autoridades de la Fuerza Naval (hondureña) hagan patrullajes frecuentes porque todos los días que salimos estamos expuestos a que nos ocurra algo similar”, enfatizó.

En ocasiones anteriores nos han capturado y nos han decomisado los botes pesqueros junto al producto y para entregarnos las lanchas debemos pagar una multa de hasta 500 dólares (más de 10 mil lempiras).

Los patrulleros de El Salvador y Nicaragua nos han capturado y nos han quitado todo y lo mandan a uno por frontera.

Sin embargo, este hombre luchador, de tez trigueña a causa de los fuertes rayos del sol que debe soportar todos los días, considera que eso no ha sido de gravedad en comparación a lo que ocurrió el pasado viernes 16 de mayo, donde perdió la vida Luis Antonio y resultó herido Juan Carlos Elvir.

Cuando nos capturan lo único que los pescadores recuperan son las lanchas y el motor, después de pagar la multa correspondiente, mientras que el producto que se les decomisa lo pierden en su totalidad.

Fuente de trabajo

Solo en Playa Grande son alrededor de 60 personas las que se dedican a faenar en las aguas del Golfo de Fonseca, la mayoría de ellos, jóvenes y adolescentes, que desde muy pequeños se han dedicado a esta actividad debido a que en el municipio de Amapala no hay otra fuente de trabajo.

La mayoría de las personas se dedican a esta actividad marítima ya que con eso logran los ingresos para llevar el sustento diario a los hogares.

La mayoría de las personas que se dedican a pescar deben pagar el alquiler de la lancha o trabajan con el propietario y al sacar el producto lo venden y con el dinero que obtienen deben pagar el combustible y el alquiler de la lancha, en la mayoría de los casos.

En cada viaje que hacen en una lancha se gasta alrededor de tres galones de gasolina, la cual obtienen a un precio de 115 lempiras el galón.

En algunas ocasiones logran hacer ganancias y en otras tienen pérdidas, ya que no han logrado pescar lo suficiente para sufragar los gastos de operación.

En la orilla de la playa están ubicadas las personas que se encargan de comprar el producto que los pescadores logran sacar desde las profundidades del Golfo, después de permanecer varias horas.

“Las pirañas de El Salvador allí permanecen patrullando todo el día, algunas de ellas estacionadas, mientras que las de la Fuerza Naval de Honduras, realizan recorridos por todo el sector pero no hay una que esté fija vigilando lo que está pasando en las aguas nacionales, como lo hacen los salvadoreños y los nicaragüenses”, comentó Hernández.

Mientras tanto, Javier Enrique Carbajal, otro de los pescadores que todos los días sale en busca de unas cuantas libras de pescado y con ello poder sobrevivir, comentó que cada día que pasa les causa preocupación porque “estamos expuestos a que nos pase lo mismo que a Luis Antonio, que fue embestido por dos patrulleros de la Fuerza Naval de El Salvador”.

“Esperamos que las autoridades de nuestro país hagan algo para que la muerte de nuestro compañero pescador, que falleció el 16 de mayo, no quede impune y se castigue con todo el peso de la ley a los responsables de este hecho”, dijo mientras sacaba el filete a una raya, que había sacado de lo profundo de las aguas del océano Pacífico.

Los hechos

Los hechos del pasado 16 de mayo ocurrieron cuando los dos pescadores afectados salieron a eso de las 3:00 de la mañana a faenar en aguas hondureñas, en busca de poder sacar pescado y con ello llevar el sustento diario a sus familias, como lo habían hecho en los últimos años.

Alrededor de las 7:00 de la mañana regresaron a la playa en el sector de Playa Grande, a descargar el producto que lograron recoger por espacio de cuatro horas y entregarlo a las personas que se lo compran.

A eso de las 8:00 de la mañana, los dos jóvenes decidieron regresar nuevamente al mar, por lo que Requeno Ramos se trasladó a su casa en busca de alimentos, con tan mala suerte de que su madre, María de los Ángeles Ramos, no tenía para satisfacer el deseo de su segundo vástago.

A raíz de eso, en menos de tres minutos decidió irse hasta donde estaba la lancha en la que realizaba las labores de pesca.

Ocurre la tragedia

Dos horas más tarde, es decir a las 10:00 de la mañana, la patrullera de la Fuerza Naval de El Salvador los interceptó en aguas hondureñas, frente a la comunidad de Islitas, a escasos kilómetros de la comunidad de Playa Negra.

La lancha en la que faenaban los dos hondureños quedó parcialmente destruida a raíz de los impactos de la “piraña” salvadoreña, en la que se transportaban dos miembros de dicha base, quienes de inmediato se trasladaron a las aguas de su país, pues en menos de 25 segundos se puede llegar a las aguas del vecino país.

Otros pescadores que se encontraban en el lugar fueron los primeros en llegar para auxiliar a los dos jóvenes que habían sido embestidos por la embarcación militar, donde Luis Antonio Requeno Ramos quedó con lesiones de gravedad, pues la propela del motor le causó heridas de gravedad en el muslo derecho al igual que en el brazo derecho, ya que viajaba en la parte en donde impactó de forma premeditada de los soldados salvadoreños la patrullera salvadoreña.

Mientras que Juan Carlos Elvir Carbajal se salvó de correr la misma suerte debido a que era el que iba al mando del motor de la lancha identificada como “Samaria”.

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