Honduras

Seminario Mayor, formador de sacerdotes

Es el hogar de jóvenes que reciben el llamado de Cristo para llevar el evangelio y la esperanza en una Honduras azotada por la violencia

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07.04.2014

Serie 1/3

El Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa (SMNNS) forma presbíteros o sacerdotes encargados de llevar el mensaje evangelizador en una sociedad que necesita signos de vida, de esperanza ante tantos problemas.

Es el hogar donde se forman los buenos pastores, necesarios en una Honduras sumida por problemas sociales, como la pobreza, la inseguridad e irrespeto a la vida humana.

Fue fundada en 1962 por la Conferencia Episcopal de Honduras; por su naturaleza, es una institución que reúne a los jóvenes vocacionados para formarlos como futuros presbíteros del país, según las orientaciones de la Iglesia Católica y para responder a los retos que plantea la sociedad.

Se encuentra afincado en una zona boscosa aledaño a la represa Los Laureles, de la capital, en el lugar se respira paz, solidaridad, se siente el valor humano de quienes la habitan. Un rincón de convivencia espiritual en una Honduras azotada por la violencia, el desempleo, falta de acceso a salud, educación y otros derechos fundamentales.

Se ubica en un amplio predio con edificios dispersos, pero bien aprovechado el espacio. Precisamente, uno de ellos es el que alberga la sede de la Conferencia Episcopal.

Sus instalaciones datan de mediados del siglo pasado, es una escuela y casa para la formación de discípulos y misioneros, tal como Jesucristo lo hiciera con los doce apóstoles, manifestó el rector del SMNN, José Mario Bacci, de origen colombiano.

Se trata, en primer lugar, de una comunidad de creyentes, inspirados por la fe, experimentan la fraternidad, el Espíritu de Cristo, los seminaristas son una comunidad, abierta, solidaria y servicial.

La dirección del SMNSS está a cargo de padres eudistas, de Colombia. Los más de 300 sacerdotes que se han formado en el SMNSS, en los últimos 50 años de su historia centenaria, sirven ahora a miles de cristianos en todos los rincones del país”, destacó el rector.

Vocaciones

La vocación sacerdotal de jóvenes hondureños, comprometidos al servicio pastoral, se refleja cada año.

Actualmente están matriculados 184 seminaristas, de estos 165 son internos. La diferencia son seminaristas de la orden bicentina, mercedaria y una fraternidad que viven en sus respectivas comunidades y viajan todos los días. El número de seminaristas es alto, va creciendo, el año pasado fueron 164, reseñó.

El Seminario es interdiocesano, es decir que agrupa a estudiantes de ocho diócesis del país. Durante ocho años son instruidos en filosofía y teología.

Es peculiar la jornada que se vive en el Seminario. De lunes a viernes los seminaristas se preparan para desayunar y asistir a la Santa Misa, luego acuden a clases, en el mismo orden y disciplina almuerzan.

Posteriormente tienen una hora para descansar en sus dormitorios, afinar sus destrezas en un área de juegos, lavar ropa o simplemente ver televisión en un espacio comunitario. Un timbre les indica que deben acudir a clases, reuniones grupales de tipo formativo; a las seis de la tarde hay un espacio de oración comunitaria, luego estudian y duermen.

El miércoles por la tarde les permiten salir del Seminario, ya sea para visitar a sus familias, ir al cine o cualquier otra diligencia personal.

Los sábados y domingos son enviados a parroquias de la Diócesis de Tegucigalpa, como centros de asistencia para realizar la practica o formación pastoral.

El año anterior el Seminario Mayor, con el nombre de Nuestra Señora de Suyapa, cumplió 50 años de existir. “La expectativa nuestra es que no seamos inferiores al desafío que tenemos, Honduras vive un momento difícil y es necesario que la Iglesia haga presencia profética en medio de esas circunstancias de violencia, de injusticia, de pobreza, que sufre la mayoría de la población, la situación del narconegocio, etcetera”, valoró Bacci. Por ello, los presbíteros son llamados a no estar aislados de la realidad. “Hay una sociedad que necesita signos de vida, de esperanza, de compromiso, de solidaridad”, manifestó el rector.

Necesidades

El SMNNS enfrenta necesidades de tipo económico para su sostenimiento. Se mantiene con ayuda voluntaria de nacionales y extranjeros, más el aporte que da cada Diócesis, de acuerdo con el número de seminaristas que ofrece.

Sin embargo, a veces resulta insuficiente para atender a la mayoría de seminaristas que provienen de hogares pobres y no pueden asumir los gastos de su educación y formación, externó el presbítero.

A eso se suma la atención de salud y pago de servicios públicos, que cada día se vuelve más pesado y difícil de manejar. En la planta viven unas 200 personas, contando seminaristas, empleados, sacerdotes y un grupo de Hermanas de la Sagrada Familia encargado de preparar los alimentos y otros quehaceres.

Asimismo, requiere fortalecer el cuerpo docente encargado de la formación de los jóvenes. Con la ayuda de Dios, el SMNSS crece cada día, por el bien de Honduras.