Honduras

Se nos cae a pedazos historia del general José Santos Guardiola

El edificio donde gobernó y donde fue asesinado el exmandatario hondureño está a punto de venirse abajo después de 317 años de historia. Ha sido víctima de la apatía y del abandono

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26.08.2017

Comayagua, Honduras
Sus pasillos y paredes fueron testigos silenciosos de las grandes decisiones que tomó el general José Santos Guardiola, presidente de Honduras en 1856. Fue en ese mismo recinto donde ocurrió su asesinato a manos de su propia guardia presidencial.

La muerte del general Guardiola ocurrió en 1862, un hecho trágico que marcó la historia del país al ser el primer y único magnicidio.

El mandatario nació el 1 de diciembre de 1816 en San Antonio de Oriente, Francisco Morazán, y era hijo de Viviana Bustillo y Juan Estaban Guardiola.

Su hija Genoveva Guardiola fue la esposa del primer presidente de Cuba, Tomás Estrada Palma, en el período de 1902-1906. Pero toda su gran historia está a punto de derrumbarla el olvido y el abandono.

Magnicidio
Según la historia, el expresidente Guardiola fue quien dio libertad de culto y apertura a la religión evangélica.

En ese entonces, se empezaron a escuchar acerca de planes y complots para acabar con su vida.
“El expresidente decidió cambiar la guardia presidencial para tener más confianza, sin imaginarse que sería esa guardia quien lo asesinaría”, dijo Ever Villanueva, historiador autodidacta de la ciudad.

Los homicidas del mandatario, a los tres días de haber cometido el crimen, recibieron la pena de muerte y fueron fusilados.

El edificio donde Guardiola vivió abarca una manzana de extensión y se ubica en el barrio San Francisco, en el centro histórico de la ciudad, a dos cuadras de la Plaza Central León Alvarado.

Fue construido en 1700, por lo que tiene alrededor de 317 años. Posee un estilo neoclásico con ciertos acabados en las fachadas de la parte superior.

Desde hace varios años en el inmueble funciona la Jefatura Departamental de Policía de Comayagua, donde permanecen 250 elementos de las policías de Tránsito, Preventiva, Dirección Policial de Investigaciones (DPI), los departamentos de estrategia, planificación y comunicación de la institución.

El edificio es propiedad del Estado de Honduras, pero lo ha mantenido en total abandono al no invertir en su mantenimiento y restauración.

A partir de junio del año pasado se empezaron a caer partes de la fachada y paredes, poniendo en riesgo la integridad física de los policías y de las personas que transitan cercanos a la estructura.

Con las lluvias registradas en junio y agosto del presente año, gran parte de la pared donde funciona la oficina de Tránsito y la bodega de armas se vino abajo debido a la acumulación de agua en los adobes.