Honduras

Policarpo Bonilla, estadista, reformador y símbolo

En una carta que le mandó su abuela le preguntó si había quedado pendiente en alguna cosa para mandarle siquiera 100 pesos. Este símbolo histórico del Partido Liberal vivió dificultades económicas en su vida estudiantil, pero logró salir adelante y dejar un fuerte legado en Honduras

02.12.2018

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En una carta dirigida al joven Policarpo Bonilla desde Nicaragua su abuela Clara Jirón le pregunta: ¿Decime si has quedado pendiente en alguna cosa para mandarte siquiera 100 pesos o si no para dejártelos para cuando vengas, pues son tuyos”.

La abuela de este símbolo histórico del Partido Liberal siempre trató de ayudarlo sobre todo cuando a partir de sus siete años quedó huérfano ante la pérdida de su padre, situación que no le impidió luchar por superarse hasta convertirse en abogado, político y escritor.

Algunos de los liberales que hoy están confrontados seguramente no conocen la vida y obra de uno de los mejores estadistas y reformadores que tuvo el país, que organizó el Partido Liberal luego de que Céleo Arias estableciera sus bases. Fue Bonilla su primer candidato presidencial y gobernante en dos períodos, uno de facto (22 de febrero de 1894 al 24 de diciembre de 1894) y otro constitucional (24 de diciembre de 1894 al 1 de diciembre de 1899).

Bonilla nació un 17 de marzo de 1858 en Tegucigalpa, hijo de Inocente Bonilla y Juana Vásquez, el primero originario de Nicaragua.

Un 5

de febrero de 1891 fue la fundación del Partido Liberal de Honduras.

Vivió en la Universidad
Mucho se ha escrito sobre la trayectoria de quien también defendió los intereses de Honduras en las disputas territoriales con Guatemala.

Uno de ellos, Ismael Mejía Deras (Aro Sanso) en “Policarpo Bonilla, apuntes biográficos” dice que muerto el padre de Bonilla, su viuda se vio en grandes aprietos económicos porque quedó con dos niños: Policarpo y Pastor, este último fallecido a temprana edad.

“Esta virtuosa señora se vio de pronto estrechada por la mayor pobreza, y la Junta Universitaria, en reconocimiento a los méritos de su difunto esposo, acordó darle una de las piezas interiores del edificio de la Universidad para que morase en ella con sus dos tiernos hijos”, dice el biógrafo.

“A consecuencia de los escasos recursos de doña Juana, los estudios del joven Bonilla fueron bastante penosos. A los 14 años recibió el título de bachiller en Filosofía en la universidad y dos años más tarde, por suficiencia, los de bachiller en Derecho Civil y Canónico”.

El 22 de julio de 1878, a sus 20 años, recibió el título otorgado por parte de la Corte Suprema de Justicia. Durante su vida estudiantil, su abuela Clara Jirón le estuvo mandando una ayuda económica desde Nicaragua. Ya graduado de abogado la cariñosa abuela le decía en una carta: “Y decime (18 de agosto de 1878) si has quedado pendiente en alguna cosa para mandarte siquiera 100 pesos o si no para dejártelos para cuando vengas, pues son tuyos”.

Los mejores conceptos
De Policarpo Bonilla se han escrito los mejores conceptos. Era “una de las figuras políticas más emblemática de la Honduras romántica y brutal de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX”, escribió el poeta Roberto Sosa.

“Es quizá el hombre público más polémico de su época” que “tuvo rendidos admiradores y encarnizados enemigos”, añadió. Rafael Heliodoro Valle, a quien Bonilla ayudó para estudiar en México, escribió: “Nunca evadió el estímulo, la sonrisa a tiempo, la palabra generosa, para los jóvenes que tienen hambre y sed de amistad, porque también él cuando fue joven supo de sinsabores, confió en sí mismo y pudo vencer”.