Honduras

Kelvin es el maestro de Magneto y de Ironman

Luchador Este emprendedor hondureño fue deportado desde México cuando iba rumbo a Estados Unidos, pero ese fue su impulso para ahora convertirse en un ingenioso creador de rosas de metal y hormigas de piedra

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21.10.2017

Comayagua, Honduras
No es Ironman ni mucho menos Magneto, pero con sus manos moldea el fuerte metal a su antojo.

Lo corta en pedazos, lo retuerce y lo pinta. Su magia es tal que hasta puede transformarlo en los frágiles pétalos de las rosas que decoran decenas de jardines de la ciudad de Comayagua.

Se trata de Kelvin Alexander Duarte, un migrante retornado que reside en la colonia Escoto, de Comayagua, donde ha logrado instalar un pequeño taller en el que pone a volar su ingenio.

Duarte es un hombre casado y padre de dos hijos. Hace cuatro años viajó de manera ilegal hacia Estados Unidos, obligado por la necesidad de un trabajo.

Su camino hacia la tierra del tío Sam fue interrumpido al llegar a México debido a que le fue imposible burlar la estricta vigilancia de la policía migratoria estadounidense.

Sin embargo, el destino le guardaba algo mejor y antes de regresar a tierras hondureñas, un soldador del país azteca le ofreció trabajar en su taller para que obtuviera unos cuantos pesos que le ayudarían en su viaje de regreso.

“Al llegar a Tamaulipas no pude seguir mi camino a Estados Unidos, entonces un señor me ofreció trabajo de soldadura, pero nunca pensé que se tratara de esto, pero me llamó la atención y comencé a aprender la técnica”, recordó Duarte.

Este compatriota estuvo por un año trabajando en dicho taller, donde aprendió a la perfección el oficio combinado con arte que la cambiaría la vida al llegar a Comayagua.

Duarte hace espectaculares acabados con pintura que hacen ver atractivas sus obras, que son una verdadera obra de arte.

Obras
Con las láminas de metal, Duarte fabrica rosas, insectos con formas de pichetes, también conocidos como gecos, pavos, patos, floreros y cuadros decorativos para interiores de viviendas.

Duarte produce un promedio de 50 rosas, las cuales tienen un precio de 200 lempiras las de 31 pulgadas de alto y 100 lempiras las de 12 pulgadas. Cuando vende por docena, el costo por unidad es entre 60 y 110 lempiras, según el tamaño.

“De un pliego de metal que tiene un grosor de 45 milímetros saco hasta 60 rosas pequeñas y de las grandes unas tres unidades, logro hacer una rosa cada 30 minutos y cuando tengo pedidos de varias docenas contrato cuatro personas para hacerlas en una semana”, manifestó.

El proceso
El primer paso para elaborar las rosas es crear el dibujo en una lámina, es decir, la forma de los pétalos, luego un corte con tijera para obtener el molde que posteriormente irá uniendo con soldadura. Una vez que obtiene la forma deseada procede con un cincel a marcar las líneas de las hojas y a torcer el tubo de hierro donde se sostendrán.

Para hacer este trabajo necesita una máquina de soldar, tijeras para cortar el metal, una tenaza para darle la forma que necesitan los pétalos y un compresor con una pistola de pintura para hacer los acabados finales.

Trabajos como los pavos y los patos, que tienen un costo de 500 lempiras, los fabrica por pedidos.

Su creatividad y destreza le han dado la oportunidad de mantener económicamente a su familia. “Gracias a Dios encontré una persona que me enseñara este oficio porque ahora de esto vivo, le doy los estudios a mis hijos”, expresó.

Foto: El Heraldo

Piedras de río
Este artesano también aprovecha las piedras de los ríos para confeccionar hormigas utilizando varillas de hierro para formarlo. Una hormiga de piedra tiene un costo de 200 lempiras la unidad y elabora alrededor de 12 por semana.

Duarte comercializa su producto en la mediana del bulevar Cuarto Centenario ya que por ahora no tiene la capacidad para rentar un local en la ciudad.

“Me ha costado ubicarme y encontrar los clientes, pero gracias a Dios me estoy dando a conocer y se está vendiendo mi producto”, expresó el emprendedor.

Clientes
Aseguró que mantiene varios clientes permanentes en Comayagua, El Progreso y San Pedro Sula, que le hacen pedidos por docena para hacer reventa en otros negocios.

También sale a otros municipios del departamento de Comayagua y ciudades del país a comercializar sus obras.

Hasta el momento le ha sido difícil promocionar su trabajo en ferias y eventos importantes que se realizan en Comayagua ya que asegura que debe pagar precios elevados por participar y por los momentos no tiene la capacidad económica para hacerlo.

A pesar de ello, Duarte expresó que su sueño es seguir expandiendo su producto a nivel nacional, construir su propia vivienda y tener un local fijo en Comayagua para vender.