Honduras

Honduras: Apenas siete libros entregó Cultura para 140 bibliotecas

En dos años de la presente administración, en la SCAD ha existido desinterés por mejorar el sistema bibliotecario y se ha preferido derrochar dinero en contratación de personal supernumerario. + Sobrevalorada compra de libros en la Secretaría de Cultura

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07.04.2014

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El desprecio por la promoción de la lectura ha sido mayúsculo en el presente gobierno.

La Secretaría de Cultura, Artes y Deportes (SCAD) hizo solo una raquítica distribución de siete libros en los dos años de gestión del ministro del ramo, Bernard Martínez.

Esta cifra contrasta dramáticamente con los 3,000 textos que anualmente se adquirían para los archivos que administra esa institución antes de que las presentes autoridades de la SCAD iniciaran labores.

Los libros comprados fueron dos volúmenes de 'El mentor de la gramática', cuyo valor unitario es 4,200 lempiras, y cinco unidades de 'Mentor interactivo', compradas a 1,800 lempiras cada una, según acta de recepción y transferencia registro 66-2011-BN.

La inversión hecha para esos manuales asciende a 22,400 lempiras, cantidad que contrasta con el millonario despilfarro que Cultura ha hecho en viajes y contratación de personal.

Estos textos fueron solicitados por la Dirección General del Libro y el Documento y posteriormente fueron trasladados a la coordinación de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas Municipales, compuesta por 140 locales.

No obstante, los siete libros no ha sido distribuidos por que son pocos y no satisfacen la demanda, por lo que permanecen en la Biblioteca Nacional Juan Ramón Molina de la capital.

'No se ha entregado ningún libro, los siete libros están guardados porque no se pueden entregar si son tan pocos', dijo una fuente de Cultura que accedió a hablar bajo la condición de mantener su nombre en anonimato. La Red Nacional de Bibliotecas Públicas Municipales se formó hace 16 años y esa organización ha logrado distribuir unos 500 mil libros a todas las bibliotecas.

Un gran porcentaje de esos textos se obtuvieron gracias a un convenio entre la Secretaría de Cultura y el gobierno de Suecia, pero desde 2007, cuando el convenio expiró, la dotación de libros mermó considerablemente.

Pese a la finalización de esa ayuda, la Red de Bibliotecas entregaba unos 3,000 libros al año.

'Al asumir las nuevas autoridades de Cultura, el apoyo a las bibliotecas se volvió casi nulo', cuestionó la fuente.

Antes de 2010, la Red hacía tres grandes solicitudes de libros a la Secretaría de Cultura en base al requerimiento de las bibliotecas en el resto del país.

Falta de interés

El director de la Biblioteca Nacional, Eduardo Bahr, lamentó que 'el respaldo a la cultura siempre ha estado en el último renglón presupuestario y en el área de interés político'.

'Mientras otros países basan su prosperidad y su prestigio en la cultura, nosotros tenemos a la cultura como lo último'. La Biblioteca Nacional contiene unos 60 mil textos y recibe a unas 3 mil personas al año, en su mayoría estudiantes de escuelas y colegios.

Bahr indicó que la institución que él dirige no ha recibido ningún libro en los dos años del gobierno actual, después de que anteriormente se les entregaban, de parte de Cultura, 300 unidades anualmente.

Los impresos que se reciben son producto de donaciones, aportes que en su mayoría no son útiles, confiesa Bahr.

'Se reciben en donaciones unos 1,500 libros al año, pero de esos un tercio es lo que realmente sirve y el resto no se utiliza', explicó el también escritor. 'En realidad las bibliotecas han vivido de eso, de las donaciones', remarcó.

El irrisorio monto invertido en los libros entregados por Cultura hace disparidad con las millonarias cantidades de dinero que se han gastado en la contratación de asesores para puestos que anteriormente no existían.

Por ejemplo, Cultura creó la plaza de coordinador de directores para contratar por un año a un ingeniero forestal para que brindara apoyo en la elaboración de planes en materia artística y deportiva.

La persona contratada fue Rosman Javier Márquez, a quien se le asignó un salario de 60 mil lempiras mensuales por 11 meses en 2010.

Pese al oneroso salario, Cultura también le aprobó el pago de 25 mil lempiras como bonificación por buen desempeño. Estos gastos evidencian el derroche que se hizo para emplear personal sin experiencia en el ramo cultural y el menguado fondo ejecutado para adquirir textos.

Bibliobús

El Bibliobús también ha sido víctima de la indiferencia con la que Cultura ha tomado el tema del uso de los libros.

El bus acondicionado como biblioteca fue usado en 7 giras en 2010 y la cifra bajó en 2011, cuando se realizaron solo 4 expediciones.

Este limitado número de viajes representa una disminución con respecto a las 12 giras que se hacían al año antes que el ministro de Cultura, Bernard Martínez, asumiera el puesto.

Un viaje del Bibliobús a la zona norte por unos cuatro días tiene un valor de 15 mil lempiras, lo que representa un gasto elevado para Cultura porque una buena parte de los fondos de la institución son orientados a la parte administrativa y no a inversión.


Corrupción

Las compras de otros libros efectuadas en 2011, pero que no se han entregado a las bibliotecas, también está salpicada por la corrupción.

EL HERALDO denunció, con pruebas, que la Secretaría de Cultura adquirió casi 600 libros a precios sobrevalorados.

Los manuales se adquirieron a un costo de 220 mil lempiras, pero su valor real en el mercado era de unos 60 mil lempiras. La mitad de estos libros se encuentra en poder de la unidad de Bienes Nacionales de Cultura, pero no se ha distribuido porque falta una segunda entrega por parte de la imprenta que los vendió.

El ministro de Cultura dice que no sabe cuántos libros se han comprado

El suspendido ministro de Cultura, Bernard Martínez, aseguró que él no participa en el proceso de compra de libros y por eso desconoce cuántos textos la dependencia ha adquirido durante su gestión.

'Hay un procedimiento de compra e incluso yo no estoy en la comisión que los compra', expresó.

El año pasado él participó en la compra de unos 25 libros, pero como él desconocía el procedimiento de adquisición, entonces delegó todo el proceso en la Dirección General del Libro y el Documento.

En ese sentido, Martínez recomendó que cualquier duda sobre la compra de los impresos debe plantearse a esa dependencia.

La adquisición de los materiales de lectura no se hace en grandes cantidades porque debe haber un filtro para seleccionar los de mayor utilidad, indicó el ministro.

'Las compras no son como la gente quisiera porque si no se compraría cualquier cantidad de libros', aseguró.

Muchos libros se ofertan a la Secretaría de Cultura, pero pocos reúnen las 'condiciones que se esperan', manifestó. 'Han habido compras a montones de libros en otros períodos, pero no reúnen los requisitos de lo que se espera en una secretaría. Los textos que no ‘tocan tablita’ o se compran mayormente son los que incentivan los valores patrios', aseveró. La falta de recursos es una excusa que no quiso exponer como razón para la escasa compra de libros que se ha hecho, pero tampoco dio justificaciones contundentes de la limitada captación de eso materiales.