Honduras

Hogar Bencaleth, un refugio de amor y solidaridad en Tegucigalpa

Pese a la labor invaluable que
brinda a 24 niños con distintos tipos de discapacidad, el gobierno de Honduras ha
suspendido desde hace tres meses las transferencias que al año suman 2.5 millones de lempiras.

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07.04.2014

Miriam, Edgardo, Ruth, Karen, Allister y los demás niños se encuentran en el pasillo. Aunque está silecioso, muchos de ellos juegan y comparten algunas confidencias.

Las edades no importan, el género no es significativo y sus propias historias son una sola, niños que sufren algún tipo de parálisis
y que en su mayoría son abandonados por sus familiares.

Sin embargo, en el Hogar Bencaleth
reciben el cuidado y la protección que necesitan con el
amor y la solidaridad
que les permiten olvidar su tragedia.

Bencaleth fue fundado por el hondureño Rafael Antonio Domínguez, con el fin de atender a los menores desprotegidos.

Bencaleth surge de la fusión de los nombres Benito, Carmen y Carleth, tres hermanos que padecían de cáncer de piel, el que también fue adquirido por su madre en las plantaciones de algodón
en Choluteca
.

Aunque estos menores nunca pudieron disfrutar de los cuidados que este centro ofrece, fueron
la inspiración para su creación.

No puede haber un hogar más adecuado para estos 24 pequeños, a quienes se les baña, alimenta, brinda
atención médica y
hasta el consuelo en las noches cuando no pueden dormir.

Cada niño necesita cuidados específicos, ya que padecen de diferentes discapacidades, entre ellas
distrofia muscular, parálisis cerebral, secuelas de meningitis, retardo mental y parálisis infantil.

Desde hace 22 años, el Hogar Bencaleth
trabaja con verdadera vocación para atender a estos menores que son enviados por los juzgados, ya que se encuentran en riesgo o son enviados de los centros del Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia (Inhfa).

Aunque hay unos cinco menores que son visitados por sus padres o familiares,
todos los niños están
ahí porque sus parientes no pueden hacerse cargo de su atención.

Solo uno de ellos se va el fin de semana a su casa, y el resto del tiempo se encuentra en el centro ya que es el único lugar
donde puede recibir la educación especial que necesita.

'Queremos darle una vida de calidad, que el tiempo que vivan sea de calidad, por eso el centro solo atiende a 25 niños', explica la directora del Hogar Bencaleth, Dora Castellanos.

Y es que los menores tienen una rutina bien establecida que les permite tener seguridad y estabilidad en su vida.

Solo por los partidos de la Selección Nacional, se trastocan los horarios y los niños pueden verlo a la hora que sea.

Las 12 personas que trabajan en el centro cuidan a los menores las 24 horas del día.

Para cumplir con esta labor, los empleados tienen turnos y permanecen más de dos semanas en la institución y luego se van libres por cuatro días.

En este momento, también hay una voluntaria que colabora con los trabajos en la cocina, además del médico, pagado por la Secretaría de Salud, que les da atención mientras
atros galenos aportan los medicamentos que necesitan los pequeños.

Vidas recuperadas

Los casos son diversos y todos tienen sus propias tragedias, pero quizá uno de los más triste es el de Danielito, quien fue llevado por la ex Primera Dama de Honduras, Aguas Ocaña.

Se encuentra en la cocina, sentado en una vieja silla de ruedas, con la que va y viene en
silencio. Aunque sí tiene interacción con los demás niños cuando está con ellos.

Y es que Daniel fue remitido de la Montaña de la Flor, donde era cuidado por su abuela, que también presentaba retraso mental leve.

Su madre tenía retraso mental, pero
más profundo, que no le permitía hacerse cargo del menor.

Daniel llegó con sus uñas infectadas con niguas, que son un tipo de ácaros, por lo que fue necesario que se le diera atención médica para poder recuperarlo.

Víctima de la crisis

Aunque su labor es admirable, el centro padece una serie de carencias que hacen más difícil la atención a los niños.

Castellanos nos explica que desde hace tres meses dejaron de recibir los fondos del gobierno de Honduras
que les sirven para cancelar los salarios de los 12 empleados y comprar la alimentación de los pequeños.

Desde agosto se retrasaron las tranferencias que les da la Secretaría de Interior y Población, que es suficiente para pagar los sueldos y salarios, pero no para el aguinaldo y decimocuarto mes.

Para esta y otras necesidades, el centro tiene que realizar actividades, ya que solo reciben 2.5 millones de lempiras al año, que es el mismo presupuesto desde hace seis años, explica la directora
Castellanos.

'Estamos comenzando a conseguir padrinos que nos puedan ayudar a mantener el centro, para que los niños puedan tener una buena vida', comentó a ElHeraldo.hn.

Sin duda que la vocación al servicio, el amor y la compasión cristiana son los pilares que sostienen la Casa Bencaleth
y que le permiten a estos pequeños disfrutar de una mejor vida.

Si
usted quiere ayudar a los niños y jóvenes de la Casa Bencaleth, puede dar sus aportaciones a la cuenta 91347905 de BAC
o puede entregarla en las oficinas ubicadas en la colonia Cerro Grande, zona 4, bloque 41, contiguo a la iglesia Bautista Central
o llamar al teléfono 2224-2060.

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