Honduras

Festinama: Una tradición que cautiva a vecinos

Unos 11 puestos de venta de los productos derivados del maíz se instalan a un costado del parque Centenario, en el centro de la comunidad.

25.08.2012

Su fascinación por el Festival Nacional del Maíz (Festinama) inició hace 26 años. La elaboración de montucas, güirilas, fritas, atol y tamalitos de elote se convierte en prioridad para Aída Zelaya.

Para la señora la festividad es una tradición familiar.

Y es que desde 1986 ha formado parte de las vendedoras que instalan sus casetas en el centro de Danlí para ofrecer los derivados del maíz a centenares de turistas.

En aquel momento se cancelaban 150 lempiras por el alquiler de una caseta, recordó Zelaya, cifra que en la actualidad llega a los 1,900 lempiras.

Su integración al grupo de comerciantes surgió a través de una invitación que le hiciera una amiga, quien le propuso que conociera sobre los beneficios que le traería la venta de los derivados del maíz tierno. “Mi amiga me dijo que aceptara una caseta y que disfrutaría de la experiencia que se vivía”, manifestó.

La emoción y experiencia que logró alcanzar durante ese festival la motivaron para tomar una caseta el año siguiente. “Yo quedé encantada con las personas que visitan el festival”, aseguró.

El puesto de ventas de Zelaya es reconocido como La Catrachita Oriental. El resto del año la vendedora labora en una fábrica tabacalera, pero al llegar el Festinama solicita permiso para dedicarse a la venta de los productos derivados del maíz.

“Más que el carácter económico, participar en el festival es para mí un placer”, dijo la entrevistada.

Durante el festival, Zelaya utiliza a diario entre 600 y 700 elotes. Unas 32 casetas funcionan en el centro de la comunidad durante el festival, para las ventas durante la feria.