Los olores y sabores del maíz procesado cautivan a niños y adultos.
Las ventas instaladas a un costado de la plaza central de la ciudad de las colinas atraen a centenares de clientes durante el Festival Nacional del Maíz.
De acuerdo con los vendedores de la plaza, en especial los que preparan los derivados del maíz, nunca han reportado pérdidas, debido a que la actividad es popular en diferentes departamentos del país.
Cada año durante la festividad, esta zona es visitada por turistas de los departamentos de Francisco Morazán, Cortés, Olancho y Choluteca.
En cada uno de los puestos se genera una venta diaria en promedio de 160 montucas, 100 fritas, 100 tamalitos, 100 elotes cocidos y unos dos peroles medianos de atol.
El costo de los productos varía, pero de forma estimada se consume un elote cocido por cinco lempiras, un vaso de atol por ocho lempiras, un tamalito con mantequilla por siete lempiras y los nacatamales a 15 lempiras. Este año los precios de los platillos se mantienen en relación al año pasado, según los comerciantes.
Son 11 puestos de venta los que ofrecerán los derivados del grano básico este año.
En el mismo espacio se han instalado más de 20 locales para la comercialización de platillos tradicionales de la gastronomía hondureña.
También se promueven las bebidas típicas fabricadas con los granos del maíz y sumándoseles otros ingredientes, así como artesanías elaboradas con la tuza del maíz.
Según Consuelo Midence, vecina, el Festival del Maíz ha sido desde su niñez una de las actividades más esperadas.
“Es delicioso consumir los platillos que elaboran las comerciantes y las actividades culturales que se desarrollan a lo largo de la celebración”, manifestó Midence.
Otra de las actividades que más le llaman la atención a la señora es la cabalgata de caballos pura sangre.
“Observar a los caballos y jinetes es increíble, a mí me fascina y siempre he llevado a mis hijos para presenciar este espectáculo”, aseguró.
Datos
En 1662 fue fundada la Villa de Danlí, el 20 de septiembre de 1820, el poblado fue elevado a la categoría de municipio.
Su primer alcalde fue don Vicente Ferrer Idiáquez.
Para el 12 de abril de 1843 se le otorga a la Villa de Danlí el título de ciudad, el cual ostenta en la actualidad.
La comunidad ha sido cuna de escritores, poetas, cantautores, músicos, pintores y escultores que le han dado vida y renombre al municipio.
