Desde el 31 de diciembre del año pasado, cuando China detectó un caso de neumonía de causa desconocida en Wuhan, ubicada en provincia de Hubei, este equipo de trabajo venía informando sobre la expansión del virus.
En este lado del occidente del mundo, el mal parecía muy lejano, pero en la era de la globalización y la tecnología nada está tan distante, y ningún país puede considerarse una isla.
Acostumbrados a ver de cerca los hechos en el planeta, gracias a los avances de las comunicaciones, las amenazas de virus no eran de gran preocupación, pero una vez que se conocieron los primeros casos en México la intranquilidad fue creciendo.
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Una vez conocidos los dos primeros casos, el temor era perceptible en la asustada mirada de estos comunicadores. Tras esconder su ligero nerviosismo y luego de gastarse algunas bromas entre ellos y ellas volvieron a las pantallas de sus portátiles.
Como comunicadores sabían que debían hacer a un lado sus emociones, porque tenían la responsabilidad de informar. La mayoría son periodistas jóvenes, millennials, sin experiencia en la cobertura de este tipo de crisis humanitaria, pero con una gran conciencia sobre las obligaciones de su profesión.
Es tal que una de estas jóvenes periodistas, a las 3:40 de la mañana de ese miércoles, se enteró que por medio de un video las autoridades de la Secretaría de Salud confirmaban los dos primeros casos de contagio de coronavirus; y entendiendo que en la era digital el mundo de la información es muy dinámico, encendió su computadora, redactó la nota y a las 4:04 de la madrugada la subió al portal elheraldo.hn.
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Así, EL HERALDO, fue el primer medio de comunicación que en su portal de Internet informó sobre los dos primeros casos de contagio.
Desde este momento, el tema del coronavirus en el país pasó a la fase más temida, a la más preocupante, en la cual los medios informativos tienen un enorme compromiso en la orientación de la población.
Aquel momento criticado por los lectores, donde los reporteros, fotógrafos, camarógrafos de algunos medios noticiosos, sin ninguna protección, junto con trabajadores de la salud, montaron un horrendo espectáculo tras un sospechoso de tener el virus quedó atrás.
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Innovación
Ahora es tal que el coronavirus o Covid-19 con su amenaza a la salud y a la economía, está impulsando en la sociedad hondureña la modalidad del teletrabajo, sobre el cual- este medio de comunicación adelantándose a la crisis, ya se había preparado.'Sigo a EL HERALDO digital porque a través me da la información de manera inmediata, y uno puede tomar decisiones, como en esta situación que estamos viviendo, por ejemplo. Gracias a ello uno puede informar a la familia, a los amigos de lo que está pasando. Digitalmente es rápido y eficaz”, sostuvo el abogado José Benavides.
Esta apreciación es el reconocimiento a un esfuerzo para llegar más rápido a los lectores, luego de intensas capacitaciones a los reporteros del área digital, que junto con periodistas con mayor experiencia en cobertura de crisis- como la del Huracán Mitch en 1998 y la política del 2009 hacen que EL HERALDO en su portal web y en las redes sociales pueda informar- minuto a minuto- con la responsabilidad que demanda el buen periodismo, en un tiempo donde las noticias falsas están a la orden del día.
El reconocido periodista Juan Ramón Durán, excatedrático y exdirector de la Escuela de Periodismo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) sostuvo que estas crisis, como la del coronavirus, hacen resaltar el buen y mal periodismo en el país.
Lamentó que, en tiempos de calamidad, ciertos medios de comunicación en el afán de competencia, difundan noticias falsas que se tejen en las redes sociales, generando un impacto terrible en la población.
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En las redes sociales “cada quién se convierte en autoridad sobre el desastre, mandan mala información, dan opiniones y eso en vez de contribuir a la democracia informativa contribuye a la desinformación”, dijo.
Deploró que, en plena era digital, ciertos periodistas muestren un total desconocimiento sobre la cobertura de desastres y sobre cómo transmitir la información, o dar orientación a la gente.
'Veo a muchos periodistas jóvenes dirigiendo programas informativos en la televisión que se ponen a dar consejos innecesarios, contradictorios, repetitivos que lamentablemente no aportan mayores luces a la solución de la crisis”, criticó.
Credibilidad
En tiempos de crisis e incertidumbre, las marcas tradicionales tienen un papel importante al llevar a la audiencia contenido verificado, contrastado y documentado, con lineamientos de calidad, en el ecosistema digital.Hay otro factor fundamental que juega a favor de estos medios: la credibilidad. Un informe elaborado por la Cátedra Ideograma de Comunicación Política y Democracia de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) confirma este respaldo, al menos en España.
El documento, titulado, 'Análisis de la credibilidad de la información política en el entorno digital' (Facebook, WhatsApp, prensa digital y televisión)', señala que los ciudadanos dan más dosis de credibilidad a los medios tradicionales.
Los datos de esta investigación dicen que una noticia televisada es un 70% más creíble que una información en formato WhatsApp.
Mientras que un artículo en formato prensa digital es un 50% más creíble que uno solo difundido por las aplicaciones de mensajería.
Y la credibilidad va amarrada con la difusión: la gente prefiere compartir las noticias televisadas o de prensa digital que una cadena vía Facebook o WhatsApp.
Claro está, en este comportamiento incide mucho la edad y la formación; en el caso de Honduras, donde el 40% de la población tiene acceso a Internet y en su capital ese porcentaje sube al 60%, hay un reto para mantener a los lectores informados.
Así que en estos momentos la prensa tiene una responsabilidad clave para combatir, a su vez, las noticias falsas y la desinformación que circula en redes sociales sobre el coronavirus (Covid-19).
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Enseñanza
El coronavirus ha dejado claro que ningún país es una isla en el mundo. Que todos están al alcance de todos. Que las economías están conectadas al extremo de la interdependencia.Incluso está mostrando cómo la gente se mueve por el planeta, sin que nos demos cuenta, pero sobre todo está permitiendo que los medios de comunicación, al aprovechar los avances digitales, puedan estar más cerca de sus públicos.
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Cumpliendo con su deber de informar y haciendo buen uso de la tecnología, este medio está permanentemente innovando su conexión con los lectores llevándoles contenidos apegados a una realidad continuamente cambiante, textos fortalecidos con gráficos interactivos, que se actualizan continuamente.
Además hoy, de manera gratuita, los lectores de EL HERALDO digital, tienen acceso a nuevos productos noticiosos, entre ellos boletines, verificaciones de datos, videos, que hacen más comprensible la realidad, permitiendo una mejor toma de decisiones.
Para la periodista y consultora Ana Elsy Mendoza, en este momento de incertidumbre, miedo y preocupación, este medio ha venido a mostrar y fortalecer la importancia de los medios de comunicación, en particular su versión electrónica, por la inmediatez con la cual difunde las noticias.
“Con información relevante, sustentada con la opinión de expertos en el área de la salud, EL HERALDO digital da respuesta a las dudas y temores de la población de forma amplia, profesional, con lo cual contribuye a educar, comprender y actuar mejor ante esta nueva enfermedad”, sostuvo.
Con el fin de cumplir con su deber de informar, ese grupo de jóvenes periodistas, acompañados de reporteros más experimentados en la calle- ahora, con la crisis del coronavirus y la cuarentena impuesta por el Poder Ejecutivo- han trasladado la sala de redacción a sus casas, desde donde utilizando las facilidades de la tecnología y la logística proveídas por este medio de comunicación, se conectan con sus fuentes sin ponerse en riesgo la salud y la de los suyos.
Además, hay un equipo de periodistas, fotógrafos y motoristas que reportan casi al instante sobre lo que sucede en calle: la cuarentena, el confinamiento en la zona cero, los negocios cerrados, la soledad de la ciudad, los operativos de las autoridades para mantener el aislamiento, los vendedores que se resisten a quedarse en casa por la crisis económica, entre otros eventos. Y siempre con las medidas de protección necesarias.
Es extraordinario verlos como usando diversas aplicaciones en Internet coordinan su trabajo, que al final termina en un producto muy digerible, muy orientador, abriendo así en Honduras una nueva forma de relacionar entre la prensa y los lectores.
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