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Aeden O’Connor: 'En Honduras se hace cine como se puede”

Al director capitalino que debutó con “Libros entre violencia: la biblioteca móvil” y acabó rodando con Millie Bobby Brown, su ópera prima '90 minutos' le ha merecido varias hazañas

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07.12.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS,- Pocos directores de cine en Honduras han arriesgado y conseguido tanto con su ópera prima como Aeden O’Connor.

Al creador de “90 minutos”, la apuesta con su primer filme, un drama que enlaza cuatro historias con la vehemencia por el fútbol, le ha traído prestigio.

Se ha alzado con el Premio de la audiencia en el Miami Film Festival -sobre 44 películas-, se presentó en el Chicago Latino Film Festival, en el American Film Festival y en el Festival de Cine de Bogotá.

Ahora, el filme escrito por Daniel Frañó ha aterrizado en la sección Panorama Latinoamericano del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.

Nuevo proyecto
O'Connor adelantó que su próximo proyecto “sobre personas superando su ambiente a través del arte” comenzará a filmarse a mediados del 2021.
Previo a su estreno, ayer domingo 6 de diciembre, el director atendió a EL HERALDO para hablar de “90 minutos”, una producción tan independiente como diferente. En esta conversación, además, reflexiona sobre el futuro de su oficio y realidad en Honduras.

Tras un recorrido apabullante en certámenes de envergadura internacional, “90 minutos” ha aterrizado en la sección Panorama Latinoamericano del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, ¿cómo está viviendo ese logro?

Hace dos años, en una fiesta del embajador de Cuba, me contaron sobre el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana. Esa noche recuerdo haber soñado que en un futuro distante podría estrenar una película en tan prestigioso certamen, pero no imaginé que ese momento llegaría tan pronto. Para mí y para todo el equipo es un gran honor. “90 minutos” fue un proyecto hecho por un grupo pequeño de jóvenes hondureños trabajando “probono”, grabada en una cámara DSLR (para los que no saben es como una cámara Canon con la que ven a gente tomando fotos en bodas o eventos) y casi sin presupuesto, y de alguna manera hemos logrado que la película abra puertas internacionales para empezar a escribir esta nueva etapa del cine nacional. Estoy muy agradecido de poder formar parte de este movimiento.

Perfil
O'Connor, egresado de la Escuela Cinematográfica de Praga en la República Checa, acumula hasta la fecha cerca de 20 cortometrajes. El documental “Libros entre violencia: la biblioteca móvil” -emitido por la BBC en Inglaterra- en 2014 destaca de entre sus proyectos iniciales. Sus créditos incluyen participación en producción de Unsolved: The Murders of Tupac and the Notorious B.I.G. (2018), Bosch (cuarta temporada, 2018) y Godzilla: King of Monsters (2019).


¿Con “90 minutos” qué historia quiere contar?
En las palabras del guionista, Daniel Frañó, “queremos que el público hondureño se mire reflejado en la pantalla”. Son historias universales de personas en pruebas de carácter, escritas y realizadas con una veracidad valiente que explora las preguntas más profundas de lo que es ser un humano. El lente del fútbol nos permite explorar temas tan diversos como discriminación migratoria, narcotráfico, violencia doméstica y entre barras hasta personas tratando de encontrar un propósito en este mundo que cada día se siente más y más artificial, y que todo esto indiscutiblemente se sienta bajo un hilo unido. Queremos contar la historia de nuestro país sin ningún filtro y al mismo tiempo entretener y llevar al espectador a un viaje por el espectro total de sus emociones.

¿Incluir el fútbol como eje es una forma de darle un carácter local?
La pasión del fútbol como eje permite que nuestras historias específicamente locales se puedan sentir universales y puedan conectar con espectadores por todo el mundo.
Más de tres billones de personas vieron el mundial de 2018. El fútbol se juega y se mira en todos los países, en cada rincón del planeta, y esto nos abre una puerta al espectador mundial para poder transmitir estos cuentos hondureños.

De su filmografía “90 minuto” ha sido su máximo parangón, ¿es este su debut soñado?
Por supuesto. Participar en la 37 edición del Festival Internacional de Miami, compitiendo contra directores oscarizados y películas con presupuestos de millones de dólares, y de alguna manera que nuestra pequeña película lograra ganar el Premio de la Audiencia, es un sentimiento que jamás podría explicar en palabras. Gracias a eso firmamos con Outsider Pictures, compañía de producción que se encargará de distribuir “90 minutos” en Estados Unidos y el resto del mundo.
Nunca me imaginé firmar con una distribuidora tan prestigiosa que entre sus filas tiene producciones ganadoras del Festival de Cannes, entre otras. Y todo esto logrado por un par de amigos y una pequeña cámara; no podría estar más orgulloso de nuestro equipo.

¿Satisfecho con la recepción de su ópera prima?
Si bien internacionalmente hemos tenido una muy buena recepción y estoy muy feliz y agradecido, realmente voy a estar satisfecho cuando vea al público hondureño, de vuelta en los cines, disfrutando de “90 minutos”, una cinta nacional.

De ser fichado en las producciones Godzilla: King of Monsters (2019), Bosch (2018) y Unsolved: The Murders of Tupac and the Notorious B.I.G. (2018), se ha planteado revitalizar el cine nacional, ¿por qué?
Mi objetivo al trabajar en esas producciones siempre fue traer ese conocimiento de vuelta a Honduras y aplicarlo. He tenido la gran oportunidad. Realmente gané la lotería en poder participar y colaborar con creativos del nivel más alto y siento un deber de compartir todo ese conocimiento con mis colegas nacionales.

En 2018 dijo que “como cineasta tiene el deber de darle voz a aquellos que no tienen oportunidad de expresarse”, ¿aún piensa de esa forma, entonces?
El cine es una de las herramientas más poderosas del mundo. Cuando alguien mira una película, baja sus defensas, está completamente abierto a las posibilidades de su historia. Si la cinta es buena, si logra crear empatía con sus personajes, entonces las personas sienten por ellos y en ese estado puede transmitirles mensajes que jamás hubieran escuchado antes. Muchos cineastas son agentes de cambio. En “90 minutos” contamos la historia de muchos hondureños que tal vez sienten que no tienen voz y esperamos que con nuestra película puedan ser escuchados.

¿A su criterio qué impide el despegue definitivo del cine nacional?
Educación y presupuesto. No hay escuela o universidad de cine en Honduras. De haberla, considero que bastantes se inscribirían. Incluso si la Ley de Cine se implementara, podría desarrollarse una revolución cinematográfica y ubicar a Honduras en el mapa mundial. El cineasta necesita apoyo.

El cine no es solo arte, creación y expresión. Es industria, es financiación. En esa línea, ¿en Honduras se hace cine como se es o se hace cine como se puede?
En definitiva se hace cine como se puede. Nuestro mantra en “90 minutos” fue “no es la flecha, es el indio”. Es decir, no es el tamaño de la cámara o la cantidad de presupuesto que tenemos, pero el equipo creativo detrás es el que define el éxito. En nuestro país hay que ser creativos y hay que encontrar soluciones a las cosas que en otros países el dinero podría comprar. Pero de alguna manera estoy agradecido por esto también, fue un gran aprendizaje y encontramos muchas soluciones creativas a retos que creo que tuvieron un resultado mejor al final del día, que si hubiéramos tenido todo el dinero del mundo. A veces las limitaciones pueden servir a tu favor.

Las series han ocupado la conversación, incluso en detrimento del cine, ¿cree que está asegurado el futuro de la industria en sala?
Lastimosamente creo que no. De hecho, recientemente se dio a conocer que todas las películas hechas por Warner Bros. se estrenarán al mismo tiempo en los cines y en streaming en Estados Unidos. Eso es un hito en la historia. Incluso si ese modelo funcionara otras empresas como Disney o Paramount, podrían seguir sus pasos y marcar el fin de las salas de cine. No obstante, de toda crisis nace una oportunidad. Esto podría darle oportunidad a las películas nacionales de tener más espacios en salas locales y, por ende, mayor apoyo del espectador. Le pido al pueblo hondureño, si van a ir al cine, vayan a ver una película nacional. La producción cinematográfica local depende de su apoyo. Al mismo tiempo, le solicito al cineasta hondureño que no decepcione al público. Hagan el doble esfuerzo, mejoren su técnica y su creatividad y démosle el entretenimiento que merecen

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