Estados Unidos
El éxito cuesta y no solo sacrificios, sino un nombre único y apropiado. Algunas estrellas ocultan su verdadera identidad con el objetivo de alcanzar la fama y reconocimiento en la industria del entretenimiento.
En casos inusuales, golpeados por la casualidad, tuvieron que cambiar su apelativo por no coincidir con otro personaje; tal como le sucedió al actor Albert Brooks, inscrito en Estados Unidos como Albert Einstein.
A la lista se suma el controversial músico David Bowie (David Robert Jones) se cambió el apellido para evitar confusiones con el cantante David Jones de la banda de pop-rock The Monkees.
Por otro lado, un gran grupo de artistas han ocultado sus orígenes para evitar prejuicios o simplemente se han visto obligados a cambiar sus complicados nombres extranjeros por otros más fáciles de pronuncia o recordar.
Así sucedió con músicos como Bob Dylan (Robert Zimmerman) y Cher (Cherilyn Sarkisian), y leyendas del séptimo arte como Rita Hayworth (Margarita Cansino) y Tony Curtis (Bernard Schwartz).
Recientemente, el actor Michael Caine, cuyo nombre real es Maurice Micklewhite, apelativo que logró mantener intacto en sus documentos personales, hasta que la presencia cada vez más destacada del terrorismo islamista y los estrictos controles de seguridad en las fronteras le obligaron a sustituirlo definitivamente por su alias artístico.
