Entretenimiento

El arte sigue resistiendo y se reinventa en la crisis

Figuras de la plástica, la música y el teatro nacional comparten sus desafíos actuales y visualizan el futuro del rubro en la era del Covid-19

FOTOGALERÍA
15.05.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- A través de la historia universal se ha demostrado que el arte sabe resistir ante cualquier tipo de crisis. El acontecer actual derivado de la pandemia del coronavirus no tiene por qué representar el fin de esta tradición.

Sectores como la plástica, la música y el teatro han sido blancos vulnerables en Honduras desde siempre, pero tras la cancelación de exposiciones, funciones teatrales, presentaciones musicales y muchas otras actividades culturales, las fuentes de ingresos para una de las comunidades más frágiles también fueron cerradas. Aquí el contexto.

Las artes pintan el contexto
Más allá de la emergencia sanitaria, el confinamiento es un desafío para quienes entre pinceles, colores y trazos han construido su fuerte. “Este aislamiento representa retos; más que todo de resiliencia y creatividad. El acontecer actual tiene mucho colorido; aristas de dónde sacar, crear e ilustrar; al menos para mí, que me dedico a contar historias por medio de mis obras”, dijo el acuarelista Román Murillo.

La pintora Keyla Morel recordó que, por una parte, el artista se mantiene autoaislado por las características propias de su trabajo, pero que en esta ocasión se suman la dificultad de la adquisición de materiales y la búsqueda de clientes, sin mencionar la paralización de viajes, patrocinios, mecenas y otras gestiones de apoyo al rubro. “Al no tener una remuneración fija, y sin poder salir a comercializar el trabajo, los ingresos son prácticamente nulos”, aseveró.

Entonces, ¿cuál sería una salida? “Pienso que muchos estamos esperando recibir ayuda, pero es momento de nosotros crear el espacio correcto, con las condiciones propicias para que esta llegue. No se trata de hacernos ver como personas derrotadas, porque los artistas estamos para alegrar el alma, captar la historia y que la sintamos de una forma más pasajera”, apuntó Murillo.

Por su parte, Morel opinó que “se pueden unir fuerzas con las secretarías de arte, educación, turismo y salud para crear proyectos que beneficien a cada entidad, y de esa forma mantener activa la actividad artística, que es vital para una sociedad que busca desarrollo. Solo veamos lo que pasó en Cantarranas, cómo el turismo interno se disparó en esa localidad a causa de los murales”.

La música suena a digital
Para el músico que vive de presentaciones y conciertos presenciales, la era del Covid-19 también representa un golpe abrupto. “Es sin duda una etapa de reflexión y aprendizaje. Mientras muchos sufren hambre, se me hace difícil inspirarme, pero debemos intentarlo para generar arte y que este deje un legado valioso”, comentó el cantante Luis Bustillo, quien agrega que el negativismo y la desmotivación del ambiente social suman en contra.

Sin embargo, Moisés Sánchez, compositor y docente, alude que en la era digital se está obligado a buscar nuevos métodos de generación de ingresos por medio de las diferentes plataformas digitales. “Quizá al inicio no se vea un fruto rápido, pero con el tiempo el artista podrá darse cuenta de que esa reinvención valió la pena. Sin duda, esta también es una época para generar alianzas para presentarse de forma online y conocer nuevos músicos del mundo”, señaló.

En cuanto al comportamiento del entorno, Sánchez asiente que en este tiempo de crisis cada quien vela por intereses propios. “Yo no lo llamo indiferencia hacia el gremio, porque es una situación difícil para todo el mundo. Quizá una que otra persona comparta en sus redes enlaces de productos, como un tipo de marketing amistoso, y eso sirve para monetizar en medios como YouTube”, sugirió.

Sobre tablas vacías
En el universo de las artes escénicas, otro testigo y difusor de pequeños y grandes momentos que van relatando historias, sus exponentes visualizan un paradigma cuesta arriba. “El aislamiento obligatorio representa la pérdida irreparable de las actividades de producción y de formación artística que teníamos programadas. Nos hemos visto en la obligación de cerrar las salas de teatro y las aulas de clase, y con ello todos nuestros proyectos”, relató el director de la Escuela Nacional de Arte Dramático (ENAD), José Luis Recinos.

Del mismo modo, el también actor agrega que aunque existe la oportunidad de encontrar nuevas formas de expresión a través de la virtualidad, en el caso del teatro se requiere la presencia de actores y espectadores en vivo, y que solamente así se encuentra sentido en ese punto real, que es efímero, único e irrepetible. Según Recinos, cualquier iniciativa asociada que carezca de esa condición, no será teatro y eso los entristece.

Es claro que el principal reto, al igual que en el resto de la comunidad, es cómo mantener a flote la actividad artística profesional sin la oportunidad de percibir ingresos, pero el trasfondo es amplio. “Hay grupos que se están uniendo por redes sociales para tratar de encontrar estrategias que permitan mitigar, en cierta medida, las circunstancias que estamos enfrentando. De parte del Estado se está trabajando en generar políticas para tratar de contraatacar los efectos de Covid-19 en la economía creativa. La gente alaba, agradece y valora el trabajo de los artistas, y su espíritu de solidaridad y empatía en los procesos de resiliencia”, manifestó.

Luisa Cruz, integrante y miembro fundadora de Grupo Teatral Bambú (GTB), coincide con Recinos al expresar que “actuar para un público jamás será igual que hacerlo para una cámara. Y claro que cada dificultad es un nuevo reto para reinventarse, pero para ello debemos contar con ciertos presupuestos, además de tener que aprender a editar videos, a hacer transmisiones en vivo, a grabar audios, ¡tantas cosas nuevas! Es aquí cuando nos toca recurrir a los amigos y brindarnos apoyo”.

Por otra parte, Cruz cuenta que muchos de sus colegas están atravesando por situaciones de calamidad y que es fuerte, muy fuerte, lo que les está pasando. “Veo que algunos están teniendo que recurrir a pedir ayudas directamente del público, esa es una salida urgente, pero a nosotros nos cuesta eso. Estamos a punta de solidaridad; los que tienen un poco, compartiendo con los que menos tienen, sacando algo de los ahorros”.

Sin embargo, la actriz y directora reconoce que el internet está siendo un buen puente de conexión. “Estoy segura que muchos en estos tiempos, por primera vez, han visto un espectáculo de danza, una ópera, una obra teatral o un concierto, ¡qué lindo! Quisiera creer que cuando podamos abrir de nuevo las puertas de Bambú Centro Cultural, y las de cualquier otro espacio para el arte, habrá público ávido de acompañarnos”.