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Honduras en la primera Guerra Mundial

El historiador Edgar Soriano Ortiz hace un recorrido sobre el papel de Honduras durante el conflicto que tuvo lugar en 1914

21.03.2019

Tegucigalpa, Honduras
Entre 1914 y 1918 Europa vivió un conflicto bélico de trincheras, acorazados, artillería y batallas aéreas entre la “Triple Alianza” (imperios centrales) y la “Triple Entente” (aliados), causando la muerte de 10 millones de personas y 20 millones de heridos.

Al estallar la guerra en Europa, las noticias llegaban a Tegucigalpa mediante intermediarios, generalmente por representantes de las potencias en conflicto y sus notas de prensa escritas en sus capitales. Estas eran asimiladas según la preferencia de los que conducían los medios impresos, entre ellos Paulino Valladares (El Cronista) y Froylán Turcios (Nuevo Tiempo). El cronista acusaba de “afrancesados” a sus adversarios, mientras que el Nuevo Tiempo de “germanófilos” a los partidarios de Alemania.

El gobierno se mantenía neutral, hay informes del consulado estadounidense donde se señalan las amistades con alemanes del presidente Bertrand, situación que cambió ante la presión de Washington al momento de interceder en la guerra con el propósito de proteger sus intereses y contener al eje de Europa.

En la década de 1910, EE UU tenía maniobras hegemónicas en el istmo y durante su ingreso a la guerra exigió a los países de la región declarar la guerra a Alemania. Además exigió la intervención fiscal para los alemanes.

El estado hondureño, ante el acuerdo de los aliados, declaró el estado de sitio para evitar cualquier eventualidad, sin embargo, en los primeros meses de 1919 los opositores acusaban al régimen de prolongar esta situación con el fin de reprimir.

Tras el armisticio, la liga de las naciones convocó representantes de los países del mundo con el objetivo de definir las reglas políticas internacionales y someter a los perdedores a pagar indemnizaciones. Bertrand nombró a Policarpo Bonilla, quien estuvo en Francia de marzo a agosto de 1919. Su participación estuvo en reflexionar la “doctrina Monroe” y en votar en contra del enjuiciamiento del exkáiser y los generales derrocados.